INAVI ALCANZÓ UN ACUERDO CON SLOW WINE

El Instituto Nacional de Vitivinicultura y Slow Wine firmaron un acuerdo para la promoción de vinos de producción sostenible, bajo la consigna de una vitivinicultura buena, limpia y justa.

Actualizado: 19 de julio de 2024 —  Por: Redacción 180

INAVI ALCANZÓ UN ACUERDO CON SLOW WINE

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El encuentro contó con la presencia del presidente de INAVI, Enól. Ricardo Cabrera; el coordinador de Slow Wine América Latina, Juan Gualdoni, la representante en Uruguay de Slow Food, Mery Bernardi, y los productores uruguayos Pía Carrau y Santiago Degásperi.

Slow Wine, la temática del vino de la organización internacional Slow Food, reúne a productores, enólogos y sommeliers interesados en la elaboración de vinos de manera sostenible y consciente, para promover la biodiversidad y preservar las condiciones de sus entornos agrícolas y terroirs.

De este modo, busca transformar el sector vitivinícola a través prácticas agroecológicas, culturales e industriales que reduzcan el impacto medioambiental en toda la cadena productiva.

Estas prácticas se ajustan al programa de viticultura sostenible que lleva adelante INAVI con el fin de impulsar una viticultura consciente, cuidadosa del medioambiente y la salud de sus trabajadores, para ofrecer un producto sano y seguro para el consumo.

El acuerdo, que se enmarca en la celebración de los 150 años de la viña y el vino en Uruguay, supone la colaboración de ambas instituciones en estos temas para generar un impacto significativo en toda la industria vitivinícola uruguaya. Entre ellos, ampliar y desarrollar el conocimiento sobre los desafíos que enfrena la industria ante la crisis climática y fomentar para el sector prácticas buenas, limpias y justas.

A su vez, ofrece una inmejorable oportunidad para la apertura de nuevos mercados, siguiendo la tendencia mundial del comercio justo y la apuesta por productos elaborados bajo protocolos de respeto de la biodiversidad.

Tributo a la uva

“INAVI está formando parte de algo nuevo que está en línea con nuestra dinámica de crecimiento”, expresó el presidente de INAVI, Ricardo Cabrera. “Con esta unión, nuestra vitivinicultura emprenderá un nuevo camino, no excluyente con los ya transitados o los que tengamos por venir. Nuevas prácticas, nuevas oportunidades, nuevos mercados y, sobre todo, nuevo público consumidor. No se trata de calificar o distanciar un sendero del otro. Todo parte de la uva y a ella le debemos tributo”.

Agregó que desde INAVI se ha hecho una apuesta muy fuerte al Programa de Viticultura Sostenible “y lo seguimos considerando, más que una herramienta, una forma de producir”. En este sentido, anunció que el directorio resolvió aprobar por unanimidad mantener el programa en todos sus términos para el próximo período de gestión”.

Y prosiguió: “Slow Wine no es el Plan Sostenible, es un camino que podríamos denominar, a nuestro criterio, paralelo. Sigamos en la línea de acción de cara al porvenir, con prácticas cada vez más amigables con el medio ambiente y a la preservación y respeto para los habitantes de nuestro maravilloso planeta. Cada uno de nosotros es parte y, por si fuera poco, responsable”.

“Este año es particularmente importante para las uvas y vinos del Uruguay, siendo al año del patrimonio en homenaje a los pioneros Harriague y Vidiella. Sigamos alimentando las páginas de nuestra historia con esta unión para el crecimiento”, conc

Pensar el vino

Juan Gualdoni, por su parte, relató parte de la historia de Slow Wine, que nació por la inquietud de productores que ya eran parte de Slow Food para lanzar un manifiesto por el vino bueno, limpio y justo.

“El manifiesto es un documento colaborativo que se consiguió a partir de las experiencias que los productores traían a la mesa de discusión sobre cómo deberíamos pensar el vino. Y el objetivo primario, que nace en Italia con el Barolo, era revalorizar el producto local y llevar la historia del productor hacia el consumidor”.

Pero ¿qué significa que el vino se bueno limpio y justo?, se preguntó. “Decimos que un bueno es bueno cuando respeta la cultura local, cuando es el reflejo de su terroir, cuando está bien hecho, cuando está rico”, argumentó.

“Limpio se asocia con no contaminar, que no perjudique el medio ambiente con su elaboración, que no utilice productos de síntesis química, que persiga prácticas sostenibles, que cuide sus suelos”.

“Y cuando hablamos de justo nos referimos a que tiene que representar un intercambio positivo entre el consumidor y quien lo elabora. La gente que trabaja por el vino tiene que estar bien pagada y no solo en la parte monetaria, sino también en la parte social y profesional.  Pagarle bien a quien elabora el producto y respetar su trabajo es respetar también lo que hace con la tierra, es respetar también lo que hace con nuestro cuerpo al alimentarlo, y desde Slow Food entendemos que todos somos consumidores y moldeamos, con nuestras decisiones, el mundo en el que estamos”.

En definitiva, destacó, “no creemos que puedan salir grandes vinos de bodegas que no respetan esto porque de esa forma se perjudica el proceso y se perjudica el futuro de los productores.

¿Quién va a querer trabajar en un sector que está mal pago y no tener una vida digna para desarrollarse en ese sector?”.

Slow Food

Mery Bernardi, como representante en Uruguay de Slow Food, contó su historia como cocinera que privilegia en su trabajo los productos locales y de estación. Se unió al movimiento porque está convencida que el camino sostenible es el único posible.

“Soy de Nueva Helvecia, me crié yendo a comprar los quesos a las queserías locales, mi abuelo era enólogo y hacía el vino en su casa, mi abuela hacía la pasta para todos. Todo se hacía casero, toda mi familia estuvo siempre muy enfocada a esto. Ser parte de Slow Food para mí es algo muy natural”.

“Yo creo que la industria, en algún momento, nos hizo creer que cocinar era una pérdida de tiempo y yo siempre pensé todo lo contrario. Con 8 años yo llegaba de la escuela y me hacía una sopa casera porque quería comer algo calentito. Eso es Slow Food para mí”.

Felicitó al mundo del vino por ingresar a este mundo y calificó a este acuerdo con INAVI con muy positivo para el país.

Experiencia propia

Durante el encuentro, Santiago Degásperi y Pía Carrau presentaron su experiencia en Terra Madre Americas, un evento que se llevó a cabo en Sacramento, California, para poner de manifiesto el impacto de los alimentos en la sociedad y el medio ambiente.

“Mi vinculación con el movimiento fue principalmente a través de Naturebas -feria de vinos orgánicos, naturales y biodinámicos-, donde conocí a Juan y al manifiesto y lo sentimos muy alineados a lo que hacemos. Desde ese momento le prestamos atención al movimiento”, destacó Carrau.

Sobre su experiencia en Terra Madre Americas, dijo que fue sumamente interesante y fructífero el intercambio con otros productores de Latinoamérica, y más allá de esto, muy gratificante ver representado allí a Uruguay. Creo que nos dio más fuerza y visibilidad”.

Entre lo más relevante, señaló la necesidad de considerar el vino dentro de la gastronomía. “Hay que empezar a pensar en conjunto”.

Para Degásperi, fue enriquecedor ver cómo se logró valorizar al productor, abrir un poco la cabeza sobre cómo se mueven otras agrupaciones, no solo en el mundo del vino, también, por ejemplo, el del café, y entender que al final eso es inspirador para hacer otras cosas, como agrupaciones de productores o alianzas. Todas esas experiencias suman mucho”.

Sobre Uruguay, afirmó que el beneficio de estar allí fue que al ser propuestas más de nicho, el público que asiste tiene una mirada diferente con respecto a lo no tradicional.   “Ese público trata de poner un ojo en qué es lo nuevo, qué es lo diferente, y Uruguay tiene eso de país pequeño, que no está en todos lados y en este tipo de instancias presentar a Uruguay siempre es atractivo.

Con la calidad del vino podemos estar tranquilos de que está a muy buen nivel”.

Al finalizar se abrió una ronda de preguntas y respuestas, moderada por el asesor técnico de INAVI, Ing. Agr. Eduardo Félix.

Luego, los asistentes disfrutaron de los vinos de bodegas que ya están adheridos a Slow Wine: De Lucca, Nakkal Wines, Cerro Chapeu, Viña Progreso, Bresesti, Poppolo y Casa Grande, junto a una degustación de alimentos de Casa de Productores del Este.