Alejandro Papandoni, gerente de la fábrica Durmientes de Uruguay, explicó en una entrevista en No Toquen Nada que la instalación de la fábrica fue un “proyecto muy cuidado, muy mimado” por todas las partes que intervinieron.
Había que indentificar “personas con experiencia en este tipo de industria, con esa cultura de trabajo de la industria de 24 horas que es muy complicado por el tema de los descansos del personal, el agotamiento, etc”, contó. Para lograrlo tuvieron el apoyo de la ONG El Abrojo y su departamento sociolaboral.
“Se hicieron cientos y cientos de entrevistas con el equipo de psicólogos de El Abrojo en Florida, las convocatorias se hicieron a través del Centro de Empleo. Fue un proyecto muy cuidado, muy mimado de verdad por todas las personas y autoridades con las que hemos hablado porque todo el mundo comprendió lo crítico que podía ser si esto salía mal”, afirmó Papandoni.
La producción de los durmientes comenzó en setiembre de 2021 y se realiza cumpliendo la norma de calidad europea que exige la trazabilidad “casi obsesiva” de los materiales y los procedimientos que se utilizan. Esto importa para garantizar la resistencia posterior del hormigón. Deben elaborar 600.000 durmientes y ya alcanzaron el 80%.
El Ferrocarril Central supone la construcción y mantenimiento de 273 kilómetros de vía férrea entre entre Paso de los Toro (Tacuarembó) y el Puerto de Montevideo.
“La primera vez que se fabricó en Uruguay este cemento ARI, de alta resistencia, fue para la construcción del Estadio Centenario. ¿Por qué? Porque había una gran cantidad de hormigón, de cemento, que tenían que premoldear y secar rápidamente porque se hizo la obra en seis meses. La segunda vez que fue necesario un volumen ingente de hormigón en tan poco tiempo fue esta, para el Ferrocarril Central”, contó Papandoni.