Un comunicado del 10 de enero afirma que “en el contexto actual está caracterizado por un rápido aumento del número de casos de COVID-19, y el consecuente aumento abrupto del consumo de pruebas diagnósticas”.
La recomendación central es válida tanto para las pruebas rápidas de antígeno como para las pruebas moleculares (RT-PCR).
No se recomienda pruebas en:
- Individuos asintomáticos.
- Como requisito para salir del aislamiento
- Para acceder a lugares públicos
Se recomienda el uso de pruebas diagnósticas con la siguiente prioridad:
- Todos los casos con indicación de hospitalización por síntomas respiratorios;
- Cuadros respiratorios en pacientes que pertenecen al grupo de riesgo de agravamiento de la enfermedad;
- Profesionales de la salud con síntomas respiratorios (para permitir orientación sobre el tiempo de reincorporación al trabajo);
- Detección en pacientes que necesitan ser hospitalizados por otras razones según normativa de cada país/territorio y de cada institución;
- Profesionales con síntomas respiratorios que formen parte de servicios esenciales y presenciales, como los profesionales de seguridad (para permitir orientación sobre el tiempo de reincorporación al trabajo).
Según la OPS, “las medidas de prevención más eficaces siguen siendo la vacunación completa, el uso correcto de mascarillas, evitar aglomeraciones y mantener los ambientes abiertos y ventilados”.
Aunque no está recomendado el uso de ensayos de laboratorio como requisito para viajeros internacionales, algunos países las requieren como parte de sus protocolos de ingreso al país y por tanto deben ser también consideradas ya que aumentan el riesgo de escasez a nivel nacional y global.