Veloso aceptó una entrevista vía mail con la AFP tras un exitoso concierto en la Filarmónica de París el mes pasado. Era el pistoletazo de salida a un nuevo ciclo de giras de grandes nombres internacionales en Europa, tras largos meses de confinamiento.
"La audiencia era básicamente brasileña, muy querida y alegre", recuerda Veloso.
Al final del concierto se oyeron gritos pidiendo la dimisión de Bolsonaro, actualmente investigado en el Congreso por su gestión de la pandemia del covid-19.
"Cuando escuché a alguien gritar 'Bolsonaro dimisión', contesté 'por supuesto'", admite sin dudar Veloso, que cree que hay paralelismos inquietantes con épocas oscuras de su país, durante la dictadura militar.
"Todos los temas importante están siendo muy mal dirigidos por el gobierno brasileño. Las políticas con la Amazonia son las más abominables, de las muchas cosas horribles que están haciendo con la educación, la cultura, la ciencia", explica.
"Lo único que parece peor que la política medioambiental es su actitud ante la pandemia de covid", añade el cantante de Bahía.
Vivir bajo Bolsonaro es "duro. Triste. Amargo" resume por escrito Veloso, quien reconoce sin embargo que "hay artistas (incluidos buenos cantantes y compositores) que lo respaldan, básicamente de la escena musical del suroeste" de Brasil.
"La euforia de la extrema derecha es un fenómeno mundial. De alguna manera los conservadores, que eran conocidos como 'la mayoría silenciosa', demuestran que ya no quieren seguir en silencio", denuncia Veloso, que fue encarcelado durante la dictadura militar.
"Meu coco"
"Meu coco" es el nuevo álbum de Veloso, su primera obra en nueve años. Y en ese disco destaca "Não Vou Deixar" ("No te voy a dejar"), en clara alusión a Bolsonaro. "Fue lo que solté ante el televisor cuando Bolsonaro fue elegido", explica.
Pero el disco también rezuma cariño y amor. Cariño por João Gilberto ("Meu coco"), "para mí, el artista más importante de la música popular brasileña".
"La 'bossa nova' fue mi primera pasión musical", recuerda el gran adalid de lo que fue conocido como "tropicalismo", la que fuera la siguiente ola de renovación en el inagotable mundo musical brasileño.
"Ciclamen do Líbano" es una canción de amor, que curiosamente ha tomado un giro inesperado, explica Caetano Veloso. "Repito la palabra Líbano sobre un ritmo lento, repetitivo", así que el oyente tiene la impresión de que la composición está dedicada a ese país de Oriente Medio que atraviesa una profunda crisis.
"El contenido es explícitamente tierno, y sexual. Pero todo el mundo piensa inevitablemente en los momentos amargos que ese país está viviendo. He estado en Beirut, y en Biblos, y sé lo linda que es esa tierra y su pueblo", explica.
Amor y humor
Más cariño: "Noite de cristal", escrita en realidad en los años 80, para su hermana Maria Bethania. "Es sobre el tejado de nuestra casa en Santo Amaro, en Bahía. Podíamos ver parte de la luna, o su luz, desde nuestras camas", evoca.
Y humor: "Enzo Gabriel", un guiño a la tremenda influencia de la televisión.
"Gabriel siempre ha sido un nombre común y popular en Brasil. Enzo es un nombre italiano, empezó a ser conocido después de que una estrella televisiva llamara a su hijo Enzo, hace unos 20 años. La combinación de Enzo con Gabriel es nueva. Y me sorprendió cómo este nombre compuesto fue el más popular en 2018 y 2019" en Brasil, dice.
A sus 79 años, Veloso rechaza comparaciones con artistas como el cantante Nobel de literatura Bob Dylan, al que también admira.
"Las últimas canciones que presenta están llenas de nombres y reflexiones acerca de su generación y la gente que lo influyó. Y todo eso tiene algo en común con mi nuevo álbum, pero yo ya había escrito mis canciones entre diciembre de 2019 y enero de 2020", explica mediante el correo electrónico.
"Los nombres siempre han sido un elemento frecuente tanto en mis letras como en las de Bob Dylan. Pero yo solo soy un simple cantante brasileño, no creo que merezca ser comparado con él", añade.
AFP