"El Misterio de Cabo Frío" es parte del proyecto “Desafío profundo”, un programa que forma parte de la Red Global, la pata pedagógica del Plan Ceibal, y participaron miles de estudiantes entre 10 y 15 años.
Mateo Fernández, Thiago del Pino y Esteban Irazábal, alumnos de la Escuela 384 de Nuevo París, le contaron su experiencia a No toquen nada. Dijeron que lo más les gustó de la experiencia fue trabajar en equipo, buscar en los mapas, conocer lugares del Uruguay y del ajedrez, entre otras cosas.
La novela fue presentada por el Plan Ceibal, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Universidad Tecnológica (UTEC) y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Se han logueado en desafioprofundo.org 12.000 estudiantes diferentes de cuarto, quinto, sexto de escuela, de Ciclo Básico, Secundaria y UTU.
La iniciativa se trata de un trabajo que se viene realizando desde principios de año en todo el país, con estudiantes de entre 10 y 15 años. La historia se narra a través de distintos medios y plataformas de comunicación, y los estudiantes tienen un rol activo.
Durante el proceso creativo, los grupos de estudiantes trabajan de forma colaborativa a través de una plataforma desarrollada por UTEC en la que pueden seguir el progreso del relato e ir superando retos en un juego. Además, tienen acceso a material audiovisual y trailers de la novela y pueden participar del foro en una lógica "Diseña tu propia aventura".
Verónica Zorrilla de San Martín es maestra, investigadora y doctora en Educación. Es la jefa del equipo de Desarrollo de Capacidades (formación docente) de la Red Global de Aprendizajes de Ceibal y le contó a No toquen nada que esta herramienta aporta a “la personalización de los aprendizajes”.
“Pensando la tecnología como un entorno de aprendizaje donde el docente necesita estas plataformas, todas esta convergencia de distintos medios, donde el contenido fluye a través de lo digital pero también a veces a través de materiales impresos, audios. Todo esto compone un contenido transmedia como es esta novela digital. Aporta mucho a la personalización del aprendizaje. A los docentes les da los insumos para poder conectarse con distintos intereses y fortalezas de los estudiantes”, afirmó.
¿Cómo participar?
Para participar de los retos y desafíos deben entrar a la web y loguearse con su usuario Ceibal. Para leer la novela y los capítulos no es necesario estar logueados. Además está el grupo de CREA, para que los docentes puedan interactuar entre ellos.
Allí hay competencias con puntuación en pensamiento computacional, en ajedrez, por ejemplo.
Los docentes e impulsores del proyecto se refirieron a la posibilidad que brinda de abrir nuevas líneas de trabajo. Así lo explicó Zorrilla de San Martín.
“Por el tema del contenido, la novela es de ficción y a partir de ella es que se abren distintas posibilidades de trabajar el contenido en distintas áreas disciplinarias. Sea desde la historia, los lugares geográficos donde transcurre la novela, retos y desafíos que se le plantean a los personajes de la novela para resolver. Entonces se conecta todo lo del pensamiento computacional, la matemática. Esta novela está transcurriendo en todo el país, entonces hay muchas realidades desde medios rurales hasta los más urbanos, contextos más críticos, contextos económicamente más pudientes. Realmente estamos viendo que va impactando en distintas realidades de distintas formas”, explicó.
Cada docente participante tiene la oportunidad de comunicarse a través del portal y de la comunidad de la Red Global de Aprendizajes. En la plataforma CREA los docentes pueden encontrar guías, herramientas específicas, un foro de intercambio sobre experiencias de aula y concretar encuentros de apoyo.
Agustina Sica, maestra de Multigrado (cuarto y quinto) en la escuela de tiempo completo de Nuevo París, contó su experiencia en el uso de esta herramienta.
“Cuando volvimos a la presencialidad dispusimos de los días martes para leer la novela. La idea era que ellos pudieran participar desde la escucha activa para tener un acercamiento a la lengua, a la literatura, desde un lugar de disfrute. La verdad es que lo logramos. Esa fue nuestra primera apreciación, un espacio de respeto porque son más de 60 niños, y se logra un silencio... Luego vimos que empezamos a precisar de mapas para ubicar los lugares, de imágenes, vinculamos la novela con leyendas, quisimos investigar más de las leyendas y de cosas que se mencionaban en la novela. Como en la novela está muy presente el ajedrez y uno de nuestros compañeros, Salva, sabe de ajedrez, surgió el taller de ajedrez”, describió.
Catalina Mathon, tiene 13 años, es alumna de segundo año del Liceo 20 y habló de lo que piensa de este tipo de proyectos.
“Voy a contarle un pequeño secreto y es que Cabo Frío a mí al principio no me había interesado. No me llamaba la atención. Era algo que estaba ahí, lo miraba y lo ignoraba. Hace poco Sofía, mi amiga, me lo mostró y me interesó. Entonces en una clase de informática, me puse a leer. La pasamos bien, las mejores dos horas de informática que tuve. Para alguien en Secundaria que no siempre puede ser disfrutable su día a día, por diferentes razones, disfrutar eso con mis amigos es lindo. Sería muy agradable y muy bueno, que para Secundaria, la escuela, e incluso para mayores, agreguen más de esas novelas a la vida cotidiana”, señaló.
Y a propósito de nuevas líneas de trabajo y de aprendizaje, Sebastián Mántaras, profesor de biología desde el año 1999 en el liceo 20, quién trabajó el proyecto con sus alumnos, dijo que toda su vida como docente estuvo buscando.
“El modelo del que yo fui estudiando nunca me satisfizo completamente. Siempre me parecía que buscar la forma de que el estudiante se enganche y aprenda era como un misterio y una especie de rompecabezas, de cosa que había que resolver. Además es algo dinámico porque los estudiantes van cambiando porque las épocas van cambiando. Nunca terminás de resolver una cosa y por años o décadas eso va funcionar. Ahora tengo la sensación de que ese marco pedagógico no es una opción diferente. Es la esencia de la educación”, afirmó.
Con base en un informe de Tania de Tomas, para No toquen nada.