El médico Martín Abelleira, que es cirujano del Centro de Referencia de Trasplante Hospital Militar y uno de los docentes del curso, y Humberto Correa, exdecano de la Facultad de Medicina del CLAEH y actual director de Humanismo de esa facultad, participaron de una ronda en No toquen nada.
En el CLAEH, la carrera de medicina desde su inicio en 2006 contiene la asignatura humanismo médico como curso obligatorio que se desarrolla en segundo, tercero y cuarto año. En la Udelar es una materia optativa.
Correa dijo que como médico intensivista durante más de 30 años, dos o tres veces por semana, tuvo que hablar con familiares de pacientes que iban a morir o que ya habían muerto.
“Había que ser distinto por la compasión que desencadenaba enfrentarse a la madre, al esposo, esposa, hijo... decirle esto y no ser frío, uno no puede ser una columna de metal, de cemento, al lado de una persona que se derrumba. Eso no puede ser”, afirmó.
“Tuve que aprender a no ser duro, a no ser simplemente una persona que dice que alguien se va a morir y se va. Quedarme, la presencia, compartir con el otro este momento crítico pero no sentir que soy yo el que me muero ni soy yo el que perdí al familiar. Tengo que tener una superposición parcial de mis sentimientos con los del otro pero diferenciar bien que el otro es el otro y yo soy yo”, agregó.
Abelleira consideró que el Humanismo tiene que estar en todos los niveles de atención sanitaria.
“El Humanismo es en todos los niveles de atención sanitaria, en todos los procesos de atención. Puede ser en una visita a una farmacia de una mutualista para levantar una medicación, para pedir información en un mostrador de atención al usuario... Momentos que uno puede pensar que son irrelevantes son críticos dentro de un proceso de atención. No tiene que ser solo en un momento de enfermedad o en un momento crítico como es un paciente en cuidados intensivos. Abarca todos los procesos asistenciales, también los administrativos, burocráticos... todos los niveles”, afirmó.