La Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió su intención incluir a la vejez en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (International Code of Diseases–ICD).
El cambio se producirá en su undécima edición, que se va a publicar en enero de 2022 y va a oficializarse dentro de dos años.
Desde la OMS entienden que incluir a la vejez como una enfermedad permitiría un mayor enfoque en el envejecimiento biológico y brindar más oportunidades para desarrollar nuevas terapias.
La Sociedad Uruguaya de Gerontología y Geriatría publicó un documento en el que rechaza esta intención de la OMS y solicita a las autoridades sanitarias nacionales generar una instancia de discusión para poder argumentar y trabajar para intentar modificar esta decisión.
Aldo Sgaravatti, médico geriatra, directivo de la Sociedad Uruguaya de Gerontología y Geriatría, explicó por qué están en contra de que la vejez sea considerada una enfermedad.
“Para nosotros la enfermedad es un concepto totalmente diferente a la vejez. La vejez es un proceso normal, como el crecer, como la adultez. Es un proceso más de la vida. Y asociarlo con la enfermedad es un gran error conceptual porque el envejecimiento es individual y normalmente cuando hablamos de enfermedad tendemos a homogeneizar a la población. Hablamos de un paciente que tenga determinada enfermedad y todos cumplen determinados criterios para ser enfermos. Y el adulto mayor es un ser individual donde la salud o enfermedad no puede medirse en base a la presencia de enfermedades sino en la capacidad de funcionar de manera autónoma. Son conceptos absolutamente diferentes”, dijo.
Desde la Sociedad Uruguaya de Gerontología y Geriatría se consideró que “la vejez es una etapa de la vida, como la niñez y la adultez” y que “el envejecimiento es un proceso que no está vinculado a aspectos patológicos, puede transcurrir de forma saludable manteniendo una buena calidad de vida”.
El comunicado agrega que “contradictoriamente la OMS ha declarado la Década del Envejecimiento Saludable (2021- 2030), donde las líneas de acción se orientan a promover una sociedad inclusiva para todas las edades y a enfocarse en acciones de prevención de enfermedades crónicas, promoviendo los hábitos saludables para obtener una mejor calidad de vida”.
Sgaravatti explicó que la única variable que toma la OMS para llegar a esta resolución es la edad. Y eso llama la atención ya que va en contra de lo que se hizo hasta ahora.
“Esa es una de las visiones opuestas que tiene la OMS. Por un lado está promoviendo la década del envejecimiento saludable que comenzó este año y por 10 años vamos a estar intentando tener un evejecimiento activo y exitoso, no vinculado a la enfermedad, y por otro incluyen a la vejez dentro de los conceptos de enfermedad. Por eso es bastante discordante. La única variable es la edad: más de 65, menos de 65; más de 84, menos de 84. 'Un poco enfermo o un poco más enfermo', ese es el concepto que se quiere desarrollar”, afirmó.
Desde el Comité Latinoamericano y del Caribe de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría, que integra la Sociedad Uruguaya de Gerontología y Geriatría, también señalan que Considerar la Vejez como una enfermedad “es un error conceptual”.
“De considerarse la vejez enfermedad, se abre la puerta a consideraciones diagnóstico -terapéuticas sin base científica”, afirman.
Sgaravatti respondió a la pregunta de cómo puede afectar al tratamiento que se le dará a las personas mayores de 65 años, qué puede cambiar.
“Es una gran incógnita pero la verdad es que esto es algo que va a repercutir necesariamente. Si ya tenemos en cuenta que solamente el hecho de envejecer es algo que genera una discriminación por edad, si además consideramos que envejecer va de la mano de la enfermedad, no solo van a ser viejos sino que van a ser viejos y enfermos. Eso va a tener una visión negativa del envejecimiento. No se puede asociar solamente un parámetro como la edad con un marcador de salud o enfermedad. Es un problema porque los recursos en salud van a ser insuficientes. La necesidad de nuestra población, que somos los más envejecidos de América Latina, va a requerir de una asistencia específica y muchos recursos. Si no actuamos en prevención vamos a tener que gastar mucho en construir sanatorios u hospitales para esta población que requiere un abordaje diferente”, explicó.
Con base en un informe de Tania de Tomas, para No toquen nada.