Stipanicic dijo en No toquen nada que “hasta el momento era el Poder Ejecutivo que en coordinación con Ancap, con el Ministerio de Economía y Financias, con la OPP, decidían los precios de los combustibles de una manera que intentaban mininizar el impacto de ajuste y maximizar la caja del Estado y la caja de Ancap”.
“El cambio que empieza a ocurrir, en el que todavía no terminó la transición, significa que el Poder Ejecutivo se deslinda de la capacidad de definir arbitrariamente el precio de los combustibles. Creo que eso es muy importante, que es el cambio fundamental que trae este sistema. El Poder Ejecutivo adopta un sistema que es transparente”, agregó.
Los cambios a los que refiere el presidente del ente petrolero están incluidos en los artículos cuestionados de la Ley de Urgente Consideración y refieren a que el precio de los combustibles se fijarán tras un informe preceptivo de la Ursea y de Ancap que incluye el Paridad de Precios de Importación.
Ese precio es “resultante de importar los productos terminados y hacerlos disponibles en las plantas de distribución de ANCAP, incluyendo las tasas e impuestos correspondientes a este tramo de la cadena”, según está definido en la ley.
Stipanicic recordó que Ancap está obligada a venderle a los distribuidores al precio en planta. Antes, en cambio, “los precios de distribución contemplaban toda la cadena y el contrato incluia el margen del distribuidor y la bonificación del estacionero. Ahora se corta la cadena y Ancap vende y regula solamente la relación con los distribuidores”, dijo.
Desade ese momento y hasta llegar al consumidor final el precio debería estar regulado por el mercfado.
“Cuando vas a las estaciones del interior, los estacioneros le hacen descuentos de su propia ganancia a los agricultores o ganaderos de la zona. El precio en una estación de servicio no es tan fijo. Lo es para el que va en el auto pero no para los demás clientes. Lo que se pretende ahora es regular un poquito. ¿Qué es lo que busca el Ministerio de Industria con la nueva regulación? Generar intensidad competitiva en el punto de venta y por el punto de venta”, explicó el presidente de Ancap.
El funcionario consideró que se da un cambio de paradigma porque hasta el momento la sociedad paga 2.400 millones de dólares anuales en combustibles, la mitad de ellos nunca llegan a Ancap. De los 1.200 millones que sí llegan a Ancap, el 76% refieren al costo del crudo y el 4,5% va a pagar los sueldos de Ancap.
“Para atacar un problema hay que conocer sus causas y descomponerlo. El problema que tenemos los uruguayos es que pagamos 2.400 millones de dólares por año por combustible y nos parece muy caro. Creo que estamos todos de acuerdo con que es muy caro. Ahora, eso tiene básicamente tres componentes: Ancap, la distribución y los impuestos. La situación fiscal del país es un tema para el Ministerio de Economía. Distribución es un tema de reglas de juego. En el tema de Ancap, hay que poner la lupa otra vez y ver qué tiene para manejar. Ancap puede manejar sus costos de funcionamiento y sus costos de personal”, explicó.