El resultado son cuatro actos de una obra que el público acompaña pedaleando en los botes del lago, guiado por un guardaparque que se desplaza en una bicicleta flotante y oficia como maestro de ceremonia.
En cada una de las cuatro islas aparecerá uno de los kodamas, que en la cultura japonesa son los espíritus del bosque, para desplegar su encanto frente a esa platea flotante.
Los kodamas son Inua (alma), una niña de unos nueve años que vuela y que llegó al parque en una noche de viento, extraviada por la niebla. Luego está Bilitti presente en todas las creaciones de la Compañía Romanelli, una especie de “madre” para este grupo de artistas. Unos pedaleos más adelante aparecerá Abar (rama), un kodama que en realidad es una trilogía de dragón, humo y bailarina.
El final será con Aoki, un niño de “cinco o seis años” pero con una estatura de seis metros.
El recorrido mezcla el encanto de estar en el medio de la ciudad pero casi sin sentirla, inmersos en un lago que se resignifica con las propuestas de la Compañía Romanelli. La noche y el agua, junto a las luces, colores y música del teatro negro hacen el resto.
“Es una experiencia nueva para nosotros, de la que estamos aprendiendo mucho, intentando generar en los espacios públicos contenidos artísticos, escénicos, un poco teniendo en cuenta todo este lío de la pandemia. Estamos intentando trabajar, darle a la ciudad y a la gente una oportunidad para relajarse y terminar el año sonriendo un poco”, contó López Romanelli a 180.
La compañía comenzó esta búsqueda de nuevos espacios en abril, cuando el encierro por la pandemia del covid-19 estaba más generalizado en Montevideo. Querían presentarse a pesar de las restricciones impuestas por la emergencia sanitaria para los espectáculos públicos.
Así surgió Teatro en tu Ventana, una propuesta en la que desplegaban parte de sus muñecos por sorpresa frente a complejos de viviendas.
Con ese plan recorrieron las cooperativas de Fucvam y realizaron más de 30 funciones, con Bilitti como protagonista. Pero Martín siguió buscando y un día llegó al Lago del Parque Rodó. Dos minutos le llevó convencer a Gustavo, el concesionario del parador y los botes que funcionan allí, de encarar este desafío.
“Hemos creado un vehículo que flota que es una bici y algunos artilugios para la noche. Solo ver 20 botes con lucecitas andando juntos y que se arme una platea flotante es muy poético, muy lindo”, describió el director de la compañía.
Así explica la propuesta: “No pretendemos grandes cosas, no es un paseo de Disneylandia, pero sí es un paseo poético, de música suave, dejarse llevar y que en las nochecitas de verano va a ser muy bonito para venir y vivirlo. Es bien distinto para el público y para nosotros también”.
Kodama se presenta todos los viernes y sábados de noviembre y diciembre a las 20 horas con un precio de 1.400 pesos por bote. Hasta cuatro personas por bote, dos adultos y dos niños menores de 12 años.