El proyecto establece que:
- el régimen de teletrabajo deberá ser pactado entre el empleado y el empleador por escrito.
- deberá pactarse el lugar (puede ser o no el domicilio del empleado)
- un registro de asistencia
- quien se hace cargo del equipamiento que necesite el trabajador para teletrabajar.
Además establece como principios generales: es voluntario (las partes tienen que estar de acuerdo), reversible (si existe mutuo acuerdo) y establece la igualdad entre los teletrabajadores con los trabajadores en régimen de presencialidad.
La iniciativa del proyecto fue la senadora colorada Carmen Sanguinetti. “Entendemos que la forma en cómo regulamos el teletrabajo es decisiva. Una regulación acertada y, como entendemos que es esta, de mínima, fomenta el teletrabajo. Una regulación mala, que lo encorseta lo puede coartar inhibiendo su desarrollo”, afirmó.
El Frente Amplio votó la mayoría de los artículos. Los senadores que hablaron dijeron que la iniciativa fue buena, que es necesaria la regulación pero que votaban en contra de la ley en general por dos artículos.
Además, cuestionó que la coalición no haya hecho lugar al pedido de los legisladores del Frente Amplio de enviar el proyecto al Consejo Superior Tripartito, ámbito de negociación en la órbita del Ministerio de Trabajo, para que se discuta allí y puedan aportar al proyecto.
Uno de los artículos que la oposición votó en contra es el 8.
“El teletrabajador está excluido del derecho de limitación de la jornada diaria. Éste podrá distribuir libremente su jornada en los horarios que mejor se adapten a sus necesidades, la que no podrá superar el límite máximo de 44 y 48 horas semanales, según corresponda al tipo de actividad y sin perjuicio del derecho al descanso y a la desconexión. No obstante, ello, cuando la actividad laboral así lo requiera, el empleador y el teletrabajador podrán convenir una jornada laboral con horario determinado”.
El Frente Amplio cuestionó la primer oración del artículo: “El teletrabajador está excluido del derecho de limitación de la jornada diaria”.
El senador Oscar Andrade explicó que “hay dos formas de resolver esto. Desde la perspectiva de que el trabajador cuenta con el derecho de las ocho horas pero a pesar de tenerlo las puede reorganizar como planteamos en la comisión o en la redacción que dice que se le niega el derecho a los ocho horas. Esa es la diferencia. Concentrémonos en la diferencia entre una fórmula y otra. Acá hay senadores que definieron en su argumentación que no hacerlo de esta manera era matar al teletrabajo. No lo inventé yo cuando digo que parece que estuviéramos buscando componentes de promoción de la inversión. Estamos discutiendo la complejidad de derechos laborales para actividades que todavía no conocemos”, afirmó.
La senadora de la coalición que defendió al proyecto de las críticas de los legisladores del Frente Amplio fue Graciela Bianchi.
“A un teletrabajador lo que le facilita la inclusión en el sentido más amplio de la palabra es que puede trabajar dos horas, después le da la mamadera al nene, de madrugada trabaja tres. Es así. Y no le cortemos las manos a esos teletrabajadores que en general además están muy bien calificados y no necesitan de la protección del Estado porque es el valor de su calificación lo que el telempleador paga”, sostuvo.
Andrade le respondió a Bianchi, dijo que nadie podía asegurar qué tipo de trabajadores iban a estar incluidos en esta ley en algunos años.
“Les puedo garantizar que arriba de un 90% de los conflictos laborales en Uruguay nace en incumplimientos patronales. Alcanza con ver que Uruguay está en su mejor nivel de formalización del trabajo y tiene un cuarta parte de los trabajadores fuera de la seguridad social para darnos cuenta lo frecuente que es el trabajo fuera de regla. Entonces, no puede confundirse la reglamentación de un derecho laboral con una discusión de promoción de inversiones. De la misma forma en la que preocupan determinadas certezas jurídicas al empleador nos parece que el proyecto en estos artículos, no en todo el proyecto, hace que la consideración general sea negativa en un tema en el que queríamos avanzar”, consideró.
Bianchi dijo que este proyecto estaba basado en el principio de “autonomía de la voluntad” y que esto los legisladores del Frente Amplio no lo podían entender.
“Si se parte de que el empresario siempre es un ogro que lo único que hace es destruir al trabajador y se parte de la base de que el trabajador es un tonto, que siempre tenemos que estar haciéndole de apalancamiento para que no le pasen por arriba, con esa cabeza no vamos a adecuarnos a la realidad. Si venimos con esa afirmación tan duras, no nos vamos a poner de acuerdo y viviremos siempre en un país con permanente conflictividad que por lo menos entiendo que muchos no queremos”, dijo la senadora blanca.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social cuando fue a la comisión propuso otro artículo que no fue tomado en cuenta.
Allí se establecia algo similar pero que no excluía al trabajador de la limitación de la jornada diaria. Planteaba que para calcular las horas extras debía tomarse en cuenta el límite semanal, y no el diario, o sea, no se consideran horas extras más de 8 horas por día, si más de 44-48 horas semanales.
Otro de los artículos que no votó el Frente Amplio, el 12, dice que las partes deberán acordar de dónde salen los equipos o insumos que necesita el teletrabajador.
En el caso que los equipos lo ponga la parte empleadora, no podrán considerarse parte del salario.
Para Andrade, se abre la posibilidad que los costos de teletrabajar los pague el trabajador. “¿Quién paga los costos del teletrabajo? O sea el teletrabajo no puede ser una forma de abaratamiento empresarial”, dijo.
Antes de la votación la senadora Carmen Sanguinetti, que casi no participó del debate, quiso responder a las críticas de la oposición.
“Una de las cosas que no quiero dejar pasar es que en este proyecto de ley se le dio más peso al empleador versus el trabajador. Este es un proyecto de ley que sin duda creemos que ofrece las garantías jurídicas para el empleador pero que tuvo en cuenta al trabajador. Pueden leer el artículo 3 que refiere a los principios rectores, el artículo 6 que le da flexibilidad respecto a donde desarrollar el trabajo, el 11 respecto a la seguridad e higiene y el del derecho a la desconexión”, afirmó.
Con base en un informe de José Benítez para No toquen nada.