El noveno disco de Buenos Muchachos verá la luz en diciembre. Este viernes se conoció el corte adelanto: Un témpano.
Dalton, líder y letrista de la banda, cuenta que en este disco pudieron despreocuparse de la “parte del pensamiento” y dedicarse a los sentimientos. Tanto que aún no ha encontrado el significado global de este tema que tiene un montón de cosas sueltas que unidas con la melodía, quedan bien. Así lo define. Y eso puede hablar un poco también del proceso personal que relató para 180.
Dice que ahora se siente mejor que antes, que zafó de la noche, dejó de fumar y busca componer de mañana. Y no cambia este momento por nada.
Ocupado en varios proyectos artísticos, el cantante, músico, poeta, ilustrador e incluso actor siente que necesita hacer todo lo que hace: “no sé qué tengo adentro funcionando, hay un motor ahí que me lleva puesto”.
Empezó a “darle importancia a lo importante” y eso es cuidar a los quiere, estar con ellos y darles lo mejor. El arte le permitió “karmatizar” momentos difíciles, superarlos y ahora siente que le está “devolviendo un poco”.
“Este momento no lo cambio por nada. No quiero volver nunca más a lo de antes, no me interesa más aquello de emborracharme y escribir caliente. ¿Cuánto tiempo sostenés una persona haciendo eso? ¿Hasta cuándo no te empezás a repetir?”, se preguntó. La respuesta estuvo en quitarse trabas: “me dije ‘escribí de mañana a ver qué pasa. ¿O no sos de mañana también una persona?’ Me siento mucho más cómodo ahora que antes”.
¿Cómo definís la canción Un témpano, que se lanzó este viernes?
Es simplemente una canción nueva de Buenos Muchachos. La defino como eso, una canción pop, que tiene un corte al final que la lleva para otro lado. Es una canción que elegimos básicamente por su sonido, por la impronta que tiene. Nos parecía que estaba bueno en contraposición al corte del disco anterior que fue Antenas rubias, una canción tranquila, poner una canción más pop.
Es el corte de lanzamiento del noveno disco de la banda. ¿Cómo va a ser ese disco, cómo lo ves vos?
Yo lo veo como un cierre de lo que fue el #8, un redondeo. En el #8 empezamos a tener una idea de lo que está pasando, de lo que nos rodea. Creo que con este disco lo cerramos. Es como un disco oscuro pero también luminoso. Es filoso pero tampoco es maldito, es como que no tuviera maldad.
En el caso particular de Un témpano es una letra que escribí prácticamente en forma automática, no estaba muy pensada, incluso todavía no tengo resuelto cómo se atan las estrofas entre sí. Es una de las cosas que me gustan, en este disco pudimos despreocuparnos un poco de la parte del pensamiento y dedicarnos a la parte del sentimiento.
El hecho de que vos todavía no logres atar una estrofa con otra no quiere decir que esté despojado de sentido, ¿no?
Claro. Hace un montón de años que escribo letras para canciones, entonces creo que tengo la soltura esa de que confío en que utilizando lo que dice la palabra, más cómo suena fonéticamente, más cómo queda en la estrofa, más cómo le queda la melodía... todo eso se resuelve prácticamente que solo. Si bien a veces encuentro como un argumento en la canción, no es el caso de Un témpano que me parece que son cosas que quería decir simplemente, salteadas y sueltas, y que terminan todas juntas y quedan bien.
No me pregunto todavía cuál será la trama sino que tenía ganas de decir todo eso con esa melodía. Un témpano es una canción súper abierta, confiable, re amable.
Son casi 30 años de Buenos Muchachos, van a editar el noveno disco y pasaron de ser una banda para poca gente a una de las más populares, agotan las entradas para los conciertos a las pocas horas de que salen a la venta. ¿Cómo han vivido ese proceso, cómo miran aquellos orígenes y la realidad actual?
Hoy en día lo miramos con alivio, todo aquello que hicimos y todo aquello por lo que trabajamos está teniendo este resultado. Creo que estamos en un momento de resultados. En un momento no de confort ni de comodidad, laburamos el doble que antes, pero sí estamos relajados respecto a cómo estamos parados en el mundo. Nos sentimos fuertes porque trabajamos mucho, hicimos mucha gimnasia y ahora estamos en un lugar en el que podemos hacer las cosas y tenemos incluso cierto respaldo económico para poder hacerlas de la manera que siempre quisimos y no podíamos.
Estamos laburando muchísimo y gracias a todas esas cosas que nos pasaron antes, de cosas que fueron imposibles, de fracasos, de llantos, de alegrías, de separarnos, de peleas, pasamos por montones de lugares, hoy en día estamos disfrutando.
En medio de esas crisis, de rupturas, de vueltas, ¿cuáles fueron las claves para volver a intentarlo?
Hubo factores diferentes en cada uno de los momentos. El que yo demoré más tiempo en descubrir y que era más sencillo, estaba más a la vista y nos iba a mantener unidos era simplemente la música. A veces pensé que eran las relaciones personales, es mi amigo, es mi hermano (Marcelo Fernández, guitarra y voz en la banda), lo voy a seguir viendo, lo extraño como persona. En realidad lo que nos volvió a unir fue la música. Nos sentimos muy bien haciendo música. Tenemos una relación súper aceitada y no lo puedo hacer con otra persona que no sea él. Hay como una necesidad entre espiritual y musical que nos mantiene unidos. Es un núcleo claro de la banda que no se va a separar. Nos entregamos a eso y está buenísimo.
Además de con Buenos Muchachos, acabás de lanzar disco con Chillan las bestias, tu otra banda, estás en otros proyectos musicales, sos dibujante, poeta, escritor, actor… Tenés una pulsión creativa muy fuerte. ¿Estás todo el tiempo creando, cómo manejás todos esos proyectos en tu cotidianeidad?
Es medio que lo que necesite en el momento. Tengo muchos compromisos de trabajo. Si voy a tocar con Luciano Supervielle sé que los martes y jueves a las nueve de la mañana tengo que ensayar con él. Si voy a hacer Chillan las bestias tengo que viajar a Buenos Aires. Ahora por más que sacamos un disco lo que extraño estar en Buenos Aires tocando con ellos no tiene nombre. Es lo que más necesito hacer en este momento por una cuestión de que no lo hice en todo el año.
Todas las cosas que hago en algún momento del mes, necesito hacerlas. O sea, lo necesito, no sé qué tengo adentro funcionando, hay un motor ahí que me lleva puesto.
Ahora estoy haciendo un dibujo nuevo, tengo un proyecto ahí, y estoy trabajando en photoshop para armar el dibujo y después copiarlo. Estoy en eso, me encanta, no estoy teniendo el tiempo para dedicarle pero todos los días me levanto con la alegría de que tengo eso para hacer. Estoy para esa, dediqué mi vida a eso.
Es una necesidad permanente de creación, a través de la música, del dibujo, de la escritura, en distintos formatos. ¿Es eso?
Claro. Es así, necesito todo eso para hacer todo esto otro. Lo disfruto como loco, agradecido a la vida.
Estás en un momento que parece muy luminoso, venís de dejar el tabaco, ocupado en estar en las mejores condiciones para poder cantar.
Lo que pasa es que vos vas corriendo las cosas que no te permiten hacer otras. El juego creo que viene por ese lado. A mí nadie me pidió que dejara de fumar para cantar en el disco de Buenos Muchachos pero yo sabía que iba a rendir mucho más si dejaba de fumar. Y me puse el 2 de febrero para dejar de fumar. No me lo pregunté más.
Abstinencia de tabaco, sí tengo, y a veces la paso mal. Es una de las peores drogas que hay. Me doy cuenta de que hasta el día de hoy sigo teniendo ganas de fumar.
Fue como que en un momento de la vida pude empezar a darle importancia a lo importante y para mí lo importante es cuidar a la gente que quiero, estar con ellos, dar lo mejor de mí. Dedicarle al arte todo lo que él siempre me dio a mí que fue como karmatizar momentos horrendos y cosas re difíciles de superar. Las pude superar a partir de la música, del dibujo. Estoy devolviendo un poco. Lo necesito, me hace bien, y lo voy a seguir haciendo. Y las cosas que se me pongan adelante y tenga que sortear para seguir haciéndolo, lo voy a hacer. No me caben más dudas de eso.
¿Cómo es esa diferencia de componer o crear desde un lugar más triste u oscuro como podía pasarte antes y uno más luminoso y positivo como el de ahora?
Yo soy un loco visceral, escribo medio que por la panza. Hice el click. Yo estaba peleando contra mí mismo. Una vez que te amigás contigo mismo la fruta sale más fácil. No estoy hablando de si es buena o es mala, si es mejor la de antes o lo que sea, yo me siento mejor ahora. Considero que la música que estoy haciendo ahora sigue avanzando conmigo, que no perdió ninguna energía ni ninguna fuerza, fue para otro lado.
Este momento no lo cambio por nada. No quiero volver nunca más a lo de antes, no me interesa más aquello de emborracharme y escribir caliente. ¿Cuánto tiempo sostenés una persona haciendo eso? ¿Hasta cuándo no te empezás a repetir? Estás enojado contigo. Era eso lo que me pasaba, escribía de noche, chupando vino y después me despertaba al otro día y decía: ‘¡esto es una mierda!’
Ahí comencé a sacarme las trabas de adelante. Dije: ‘escribí de mañana a ver qué pasa. ¿O no sos de mañana también una persona?’ Me siento mucho más cómodo ahora que antes.
¿Identificás alguna de las cosas que te ayudaron a hacer ese cambio?
Me ayudó mucho cambiar los hábitos, las maneras de hacer las cosas. Para definirlo de la manera más sencilla: zafé de la noche, listo, me corrí de ese lugar. Antes vivía de noche, ahora vivo de día.
La noche tiene mucha magia, hoy en día he hecho cosas de noche y me encanta porque hay un silencio, una paz, una armonía que es inusual. Lo he disfrutado, pocas veces pero lo he hecho. El tema es estar en guerra con uno mismo. Eso es lo que tranca la historia. La noche a mí me hacía mal, me llevó años darme cuenta, sufrí, pasé por eso lugares que hoy en día puedo ver que fueron necesarios.
¿Cuándo sale el disco y cómo va a ser la presentación?
La idea es que el CD esté saliendo los primeros días de diciembre y la presentación va a ser el año que viene.
Ya con vacuna, pudiendo aglomerarnos de nuevo…
Te lo digo así nomás: a esta altura medio como que nos da igual. Lo haremos con la realidad que haya, no hay problema ninguno. Si hay algo que sabemos hacer es adaptarnos y si tenemos que trabajar de otra manera, lo vamos a hacer. Si preferimos hacerlo más adelante, lo vamos a hacer más adelante. No hay que ponerse en guerra con nada, hay que dejarse fluir un poco.