La tasa de actividad es la que toma en cuenta la gente que trabaja y la que busca trabajo como proporción de la población en edad de trabajar.
Esta caída de la tasa de actividad explica por qué en abril el desempleo fue cuatro décimas menor que en mayo, cayó de 10,1 a 9,7. Menos gente salió a buscar trabajo, lo que se refleja en la caída de 1,3 puntos de la tasa de actividad.
Si se mira la tasa de empleo el dato está en 52,1 un nivel similar al promedio anual del año 2004 (para localidades de más de 5.000 habitantes).
Las comparaciones históricas deben ser tomadas con pinza, no sólo por el contexto especial de Pandemia sino porque en marzo el INE suspendió durante unos días la realización de la Encuesta Continua de Hogares de la que provienen estos datos y en abril pasó a realizarla por teléfono y con cuestionario menos extenso. Esto hace que haya que esperar estudios complementarios sobre los efectos de esta situación para estar seguro de la comparabilidad de estos datos con la serie histórica.