El espectáculo “Ser o no ser” de Tronar de tambores, la comparsa de Julio Sosa Kanela, estaba bastante ensayado cuando falleció el bailarín y director histórico, una leyenda del Carnaval, el 28 de diciembre. El 23 había sido el último ensayo con él y Kanela dejó las cosas claras. Si pasaba algo, los que quedaban a cargo eran el “Colo” José Luis Brun, su colaborador más cercano en los últimos años, y Coco Rivero, a quien consideraba “un hijo de la vida”.
Pese a las dudas iniciales, la comparsa decidió seguir adelante y salir en Carnaval. Director premiado en todas las categorías de Carnaval, Kanela y Tronar de tambores son con quienes más ha trabajado Rivero. Casi 14 años juntos.
El espectáculo que presentaron este miércoles 5 en el Teatro de Verano no es un homenaje a Kanela a quien solo mencionan al final, en la anteúltima canción. Es un tema compuesto por Rivero que, aunque rehúye de subir al escenario, esta vez se animó y lo canta.
“Me atreví para fracasar”, dijo en No toquen nada. “Lo quería hacer, sentía que lo tenía que hacer. Le fui escapando a esa posibilidad hasta que me convencí de que lo tenía que hacer. También para arriesgarme, para jugar conmigo mismo”, agregó.
Coco tenía una relación familiar con Kanela.
“Él decía que yo era su hijo de la vida. Es muy emocionante por cómo se fue dando el vínculo que primero fue profesional, ríspido además porque él tenía una forma de entender la comparsa y yo otra. Eso nos hizo construir una forma particular, esta comparsa tiene una cosa entre muy clásica y muy contemporánea visualmente. Es una mezcla extraña que se fue dando con los años, que él me permitió desarrollar”, recordó.
Para poder trabajar juntos llegaron a un acuerdo. Coco no se metía en las Llamadas y Kanela no intervenía en el armado del espectáculo para el Teatro de Verano y los tablados.
“Él era el jefe de la tribu y en un momento me dejó agarrar. Él era muy bandido, sabía que ya estaba veterano, que tenía menos fuerzas y que necesitaba alguien con fuerza”, contó Rivero.