¿Cuándo y por qué empezaste con la artesanía?
He tenido siempre una inclinación hacia el arte en todas su representaciones. Desde muy niña he sido una persona que quedaba abstraída en mundos de imaginación y creación; dibujaba, creaba y pasaba mi tiempo libre mirando libros de arte, revistas de diseño nórdico y revistas de moda que abundaban en casa por las actividades de mis padres.
Cuando cursaba el último año de liceo en Estados Unidos, por un intercambio, tomé clase de Arte donde hubo un acercamiento a diversas técnicas y tuve la oportunidad de tomar clases de Orfebrería por primera vez en mi vida. En ese momento descubrí un oficio que cambiaría mi forma de pensar para siempre.
A mi retorno a Uruguay, luego de entrar a Facultad de Arquitectura, al siguiente año hice todas las gestiones para comenzar mis estudios de Orfebrería en la Escuela de Artes y Oficios Pedro Figari.
¿Cómo definirías este trabajo? ¿Arte, oficio?
Lo pienso y siento como ambas. Es un arte porque pongo sobre la mesa todo de mi, todo mi conocimiento sobre arte y diseño en un espacio que se vuelve de libre albedrío. Requiere además de mucho oficio, de conocer en profundidad los materiales y sus potencialidades, limitaciones, y haber desarrollado una mentalidad para la propia concatenación de tareas que implica. El oficio es un conocimiento que está tendiendo a la desaparición por las nuevas tecnologías, que aportan en gran medida nuevas herramientas, pero no sustituyen y muchas veces limitan el pensamiento.
En la etimología del término “orfebre” (francés) se define como una reflexión entre la palabra latina “auriflex” y la palabra griega “aurificis”. Ambos trabajadores del oro pero con concepciones diferentes del hacer y del ser artesano, de conjuntar, colocar justamente y ajustar. El término que hoy conocemos alude al “orfebre” como quien labra objetos artísticos con todo tipo de materiales.
Contame puntualmente la historia de la joya con la que ganaste el premio.
En mi caso gané con las dos piezas que presenté. Por un lado un conjunto de anillo y colgante y por otro lado un collar de gran porte.
Ambas piezas surgen de la propia estética de la piedras utilizadas, de procedencia nacional.
En la linea VULCA utilicé puntas de amatistas que casi no se usan en joyería fina y lo creí desafiante. Implicó reformular la dilapidación de las mismas porque casi no se trabajan. Esta línea devino de su propia lógica, de planos que compartían aristas y puntos de confluencia y utilicé la técnica de papiroflexia para la construcción de las piezas. Cada pieza fue calada de una hoja chapa de plata entera y luego plegada y soldada. La búsqueda implícita fue la de emular sus formas y lograr un asiento que hablara el mismo idioma que las piedras. El mismo acercamiento tuve hacia el packing de presentación, un plegado que permitiera el correcto asiento de las piezas y derivara de técnicas de kirigami.
El nombre de la línea deriva del termino VULCANO, dios latino del fuego, el trabajo en metal y la forja.
En la línea MACLA utilicé una chapa de estalactita de ágata y amatista, una conformación de ágatas, cuarzos, amatistas y otros minerales.
En esta pieza la decisión fue también de encontrar un lugar donde pudiese ubicar la piedra respetando su prioridad por belleza y tiempo de conformación. Me dediqué a diseñar un marco simple donde además pudiera resolver el propio cierre del colgante. El desafío mayor estuvo ahí porque en la práctica del oficio significó trabajar con varios niveles de soldadura para no afectar el trabajo anterior. Un lindo desafío.
La cadena fue hecha a mano, eslabón por eslabón, para acompañar su estética.
Para el diseño del packing la idea principal fue la de crear un contenedor que emulara la propia tierra, el propio lugar de donde vienen y de donde recoger la pieza. Cree una topografía de asiento.
El nombre de la linea deriva del término MACLA, que describe una conformación pétrea de agrupamiento simétrico y que aparece en la naturaleza en diversidad de formas.
¿Qué esperás que pase luego de este premio?
Espero poder encontrar apoyo para poder seguir desarrollándome en este oficio maravilloso. Tengo objetivos bien claros sobre técnicas que quiero aprender en el exterior. Estoy estudiando el idioma japonés para poder aplicar a una escuela de arte. Deseo ir a aprender allí porque creo que es la cuna de la excelencia de los oficios.
¿Actualmente este es tu principal actividad?
No lo es en el momento aunque ocupa gran parte de mi pienso diario. Tengo miles de notas y diseños en espera para poder concretarse. Desarrollo actividades de diseño y arquitectura que de alguna manera engloban escalas diferentes del mismo pienso.
¿Pensás que se le da suficiente atención a la artesanía en Uruguay?
No creo que se le dé el valor suficiente ya que existen artesanos de primera categoría que son desconocidos y no tienen el lugar que merecen. Creo que el propio concepto que tenemos de artesanía esta bastardeado y no se llega a comprender su significado último. En la propia etimología de la palabra ARTIGIANO (italiano) es quien ejerce un arte mecánico y es profesional de las artes plásticas. Se lo consideraba un artista hasta el renacimiento donde surge la diferenciación entre artesano y artista. Creo que en algunos casos esa línea es muy sutil.