Joel Rosenberg

El periodismo fue un adorno en el debate

“No habrá preguntas de los periodistas quienes actuarán como garantes de las reglas de juego”.

Actualizado: 03 de octubre de 2019 —  Por: Joel Rosenberg

Así, con esa explicación, se presentó el trabajo de los periodistas en el debate presidencial. Fueron seis periodistas cuya actuación quedó reducida a controlar el tiempo y presentar los temas de los que iban a hablar Daniel Martínez y Luis Lacalle Pou. En el debate hubo periodistas pero no periodismo. 

La breve historia de cómo se llegó a que los periodistas fueran solo el cronómetro del debate tiene algunos capítulos que quizá vale la pena repasar. Sobre todo para que no se repita este triste papel en el debate entre los candidatos en noviembre.

Los equipos de los candidatos acordaron el debate con bastante rapidez, no tuvieron problemas en marcar las reglas de juego. Así se lo dijeron a No toquen nada fuentes de ambos comandos.

El lío fue cuando los medios intentaron ponerse de acuerdo. Ahí surgieron todos los problemas: desde qué canal iba a ser el local del debate hasta qué figura de cada uno iba a aparecer en cámara. Además, cómo y cuánto iba a figurar cada uno. 

Los asesores de los candidatos estaban sorprendidos de la pelea de egos y protagonismo en los medios. Sobre todo porque discutieron semanas para poner a sus periodistas unos minutos como caras visibles, sin ninguna tarea periodística para realizar. 

Este reparto de tareas de los periodistas obedeció a una trama negociada que comenzó desde el origen mismo del debate. Y ahí aparecen el semanario Búsqueda y la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) en un extraño rol de organizadores.

Desde el momento que se anunció el debate Búsqueda empezó a señalar que era el de la idea. Así se lo hizo notar a los medios, para que lo pusieran en sus notas. Para que entiendan los ciudadanos hasta donde llegan la vanidad de los medios: Búsqueda peleó por el derecho de autor de la idea de que debatan dos candidatos presidenciales. 

Pero hasta ahí era un medio privado buscando marketing. Lo que no puede explicarse es por qué APU, que es el gremio de todos los periodistas, armó esta idea del debate con un semanario. La Asociación que agremia a los periodistas no debería tener como tarea ser socio de una empresa periodística; se supone que debería estar preocupado por los trabajadores y su rol. Pues APU hizo todo lo contrario a lo que su cometido dicta: se plegó de forma incomprensible a un medio que usa el lobby como forma de trabajo para adjudicarse el rol de ideólogos del debate. 

Pero para colmo de paradojas, esa alianza de APU y Búsqueda, parió un debate en donde el periodismo estuvo ausente. Fue Andrés Danza, de Búsqueda el que abrió el debate y contó que la tarea de los los periodistas era de garantes. 

Dijo: “Los moderadores serán periodistas de vasta trayectoria que representarán a cada uno de los organizadores como garantía del correcto desarrollo del debate…” Periodistas que representan medios y son garantes de reglas que acordaron los candidatos. Nada más alejado del oficio. 

¿Por qué centrarse en esto? porque Búsqueda y APU son responsables de un evento en donde se redujo al periodismo a la nada.

Está muy bien que haya debates, sin dudas. Pero lo ideal sería que cada uno cumpla su rol. Los comandos hicieron su estrategia en el debate y está bien. Los canales hicieron plata. Y es su negocio. Pero los de la idea, los periodistas, hicieron un papelón. 

Algunas aclaraciones. 

El papelón no es porque sean malos profesionales los que estaban allí. El papelón es porque no podían hacer otra cosa. La mayoría de ellos lo dijo. Escuché a Aldo Silva y Pilar Teijeiro decir lo limitados que estaban, Nicolás Lussich manifestó algo similar. 

Los periodistas fueron conscientes que estaban reducidos a una expresión de adorno. Bueno, la mayoría al menos. No me animo a decir qué piensa Daniel Castro porque nunca entiendo la excitación con la que trabaja. Una excitación que estaba exacerbada el martes.  

Breve referencia en primera persona. No tengo la más pálida intención de estar en una instancia de estas: no tengo ni ganas ni capacidad para hacerlo. El reclamo es por el papel del periodismo, no importa quién lo haga. Y el punto es que ese rol estuvo reducido al ridículo en el debate. 

Tampoco el tema es poner al periodismo en un pedestal. Nunca creí que el periodismo fuera el único garante de la democracia. 

Lo que no imaginé es que el periodismo iba a pasar de garante de la democracia a garante del cronómetro. 

En noviembre hay una instancia obligatoria, un debate por ley. 

Según dice esa ley “la organización más representativa de los periodistas participará” en el armado. Esa organización sería APU. Así que es una nueva posibilidad para la Asociación de la prensa de pedir que los periodistas hagan de periodistas. 

Y si no se puede, si los candidatos no quieren preguntas y necesitan garantes, entonces que pongan de moderadores a un par de inspectores de tránsito.



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