El primer ministro británico Boris Johnson, llegado al poder a finales de julio, demanda la supresión de una disposición relativa a la frontera irlandesa que figura en el acuerdo de retirada alcanzado por su predecesora al frente del gobierno, Theresa May, y la UE.
Esta disposición, considerada un mecanismo de protección (o "backstop" en inglés), prevé que, a falta de una mejor solución pasado un periodo transitorio, Reino Unido se convierta en "un territorio aduanero único" con la UE.
Para Boris Johnson, esta disposición impediría a Reino Unido seguir una política comercial independiente, ya que estaría aún sometido a las reglas europeas. Johnson ha prometido sacar a Reino Unido del bloque europeo el 31 de octubre incluso si no logra encontrar otro acuerdo.
En su tribuna del Sunday Telegraph, Michel Barnier excluye suprimir el "backstop" necesario, según él, para preservar la integralidad del mercado único europeo y mantener abierta la frontera entre la Irlanda del norte británica y la República de Irlanda tras el Brexit.
"El backstop representa la máxima flexibilidad que la UE puede ofrecer a un estado no miembro", escribe el negociador jefe de la Unión.
"No soy optimista sobre la posibilidad de evitar el escenario de un 'no deal', pero sigo dispuesto a explorar todas las opciones", añadió.
(AFP)