La muerte se produjo mientras estaba en curso un pedido de extradición por parte de la justicia de Estados Unidos por el escándalo mundial de corrupción en el fútbol
Leoz estuvo involucrado hasta la médula en el FIFAGate y era investigado por el desvío de unos 130 millones de dólares.
Era uno de los 42 exdirigentes del fútbol de las Américas y empresarios deportivos acusados de corrupción por el gobierno estadounidense.
Quizá la mejor forma de explicar quién fue Leoz y su importancia en la trama, es recurrir a la denuncia de Estados Unidos.
En el libro Figueredo, a la sombra del poder se narra que la Copa América es pionera en la trama de coimas millonarias que se denunciaron en la Conmebol.
La empresa Traffic tuvo los derechos de la Copa América desde 1987 a 2011. En octubre de 1986, Traffic Brasil pagó 1,7 millones de dólares por los derechos comerciales a escala mundial de la edición 1987 de la Copa América. También adquirió en ese momento los derechos de las de 1989 y 1991.
Acto seguido, pagó 6,6 millones por las siguientes tres ediciones, 1993, 1995 y 1997. La ceremonia para firmar el acuerdo se hizo en Asunción el 23 de enero de 1991. El dueño de Traffic, José Hawilla, firmó el contrato como representante de la empresa y también lo hicieron dos oficiales de la Conmebol. Pero el presidente Leoz no lo firmó. Se reunió con Hawilla en privado y le dijo que iba a facturar mucho dinero por los derechos que estaba adquiriendo y que no le parecía justo que él se quedara afuera. Leoz le aseguró que no firmaría el contrato si no le pagaban un soborno. Finalmente, Hawilla cedió y le aseguró un pago de seis cifras en una cuenta designada por el paraguayo.
Todo esto consta en la acusación de Estados Unidos, que contó con la declaración y colaboración de Hawilla, uno de los protagonistas directos del acuerdo. Este fue el primer hecho de soborno que se registra en su investigación y se define como el nacimiento de una “lucrativa relación”.
El exdirigente promovió la construcción a finales de la década de 1990 la sede de la Conmebol en Paraguay, un gigantesco edificio en las afueras de la capital para el que incluso consiguió inmunidad diplomática, un estatus que el Congreso de ese país anuló después de que estalló el escándalo del FIFAGate en el 2015.
Fue abogado de profesión, profesor de historia, propietario de tierras e incluso periodista deportivo radial, según el perfil que en su momento tenía la FIFA sobre el dirigente.