Hasta que la comisión normalizadora por fin logró que se aprobara el estatuto que exigía FIFA y que nuevos actores conformaran el congreso de la AUF, los dirigentes se manejaron a sus anchas. Y en ese mar de mediocridad, para ser medidos, a Tenfield no hay quien le gane.
Ahora las cosas cambiaron. Pero hay prácticas que se mantienen inalterables. Tenfield salió a comprar voluntades sin ocultarlo para que gane su candidato: Óscar Curutchet. De manera desembozada llevó dirigentes de varios clubes a Divina Comedia y les prometió dinero para pagar sueldos si lo votaban.
Lo que hicieron explícito Nelson Gutiérrez y Osvaldo Giménez en esas reuniones es lo que publicó 180 hace un mes. Más allá del encomiable esfuerzo de Curutchet por desmentirlo en cada entrevista, como para que la gente no lo relacione con una empresa de pésima reputación, el ex presidente de Danubio es el elegido por Tenfield. Y él, bajo el cobijo de un árbol que da esa sombra, lo utiliza a su favor para poder concretar uno de los anhelos de su vida.
Días atrás Curutchet se juntó con los clubes Tenfield de Primera y Segunda en los Soprano, el mismo sitio en el que en su momento Abulafia se reunía con las mismas instituciones. A propósito del ex candidato de Tenfield, salió el jueves pasado a apoyar explícitamente al actual candidato de la empresa. Dijo en radio Sport que se siente “totalmente cerca de Curutchet”. Por si alguna duda cabía.
Si gana, además, Curutchet piensa llevar como vicepresidente a Daniel Jablonka, el actual presidente de Defensor Sporting, quien lideró la cruzada de los clubes en el TAS con el caluroso apoyo de Tenfield. Jablonka de forma sorpresiva ha retrasado las elecciones en Defensor mucho más de lo previsto por lo que se asegurará poder votar el 21.
Con Curutchet como presidente la AUF se volverá ingobernable. El nuevo congreso tiene actores que están lejos de las miserias que los dirigentes mostraron durante tantos años y de las que Tenfield se ha aprovechado a más no poder.
Es muy clara la postura de los jugadores respecto de la empresa. Postura que, además, no es caprichosa. El ex capitán de la selección y presidente de AFU, Diego Lugano, declaró el domingo en El País que a los jugadores les robaron 20 millones de dólares. Eso sin contar las campañas difamatorias que han sufrido las cabezas visibles de este movimiento, en un ejemplo más de un modus operandi que está en el ADN de Tenfield.
Pero la evidencia más clara de quién es quién en estas elecciones se da al abordar el tema de los ingresos de los clubes y de los derechos de TV.
Cuando Curutchet se reunió con la Mutual le preguntaron qué pensaba hacer con la TV. Dijo que no iba a hacer nada al respecto salvo que se lo pida el congreso y que le traigan un proyecto. Esas fueron sus palabras textuales a los jugadores. Públicamente habla de reformular el contrato solo a partir de la creación de la liga profesional. Justo lo que quiere Tenfield.
Los otros dos candidatos tienen un punto de vista bien distinto. Tanto Alonso como Ham están decididos a renegociar los derechos de TV.
Ham lo hizo explícito en su programa de gobierno. En un documento que titula pautas para la gestión, Ham asegura que los clubes deben recuperar los derechos de televisación “para sí” e impulsa el canal AUF TV.
El primer punto del documento está relacionado a las finanzas y allí asegura que “la realidad del fútbol muestra que la inmensa mayoría de los cuadros profesionales y amateur están con serios problemas económicos, alto nivel de endeudamiento y déficit creciente. Sin embargo, estudios de terceros muestran que el fútbol genera suficientes recursos como para cambiar esta situación”. Para lograrlo, dice el programa, será necesario “introducir cambios” en varios rubros.
Ham se detiene en los derechos de transmisión y adelanta que se debe “renegociar el actual contrato y cambiar a un esquema de asociación en el que los clubes/AUF retengan los derechos para sí, se asocien con terceros encargados de la producción y vehiculización, y que las partes perciban un porcentaje predeterminado del monto final que genera la comercialización”. La previsión es que con esta iniciativa aumentará más de un 100% el monto que reciben los clubes.
“Lo mismo ocurre con los derechos de televisación de los partidos de selecciones. La idea de crear AUF TV es una iniciativa que merece ser estudiada y debatida a fondo”, dice el programa.
Consultado por El Observador sobre cómo se puede conseguir más recursos para los clubes, Alonso fue categórico: “Vendiendo mejor los derechos de televisión”, contestó.
Alonso fue parte de un Ejecutivo que mejoró de forma significativa los ingresos por derechos de imagen y marketing, hecho que derivó en el enfrentamiento con Tenfield.
¿Qué hacer con el contrato de TV? ¿Cómo romper las cadenas con las que Tenfield amarró durante dos décadas a la AUF? Alonso y Ham quieren lo mismo en el punto más importante de todos los que se tratan porque es el elemento central de la próxima administración. Una alianza estratégica entre ambos de cara a la segunda vuelta, a la que todo indica que se llegará por un tema de mayorías, parece lo más adecuado.
Así están las cosas en una semana clave, en la que se define mucho más que un presidente. Es que acá no hay vuelta. Es imprescindible pararse en una vereda o en la otra. Y lo saben todos.
La lógica binaria que cunde en el fútbol la impuso Tenfield. Desde 1999 dejaron sentado de forma explícita que se estaba con ellos o contra ellos. No dan lugar a otra postura. Y así formaron su ejército de aduladores y acólitos que los apoyan y el círculo mediático que los protege.
Por todo esto lo que está en discusión el jueves 21 es si la bocanada de aire fresco que trajeron la pelea de los jugadores y el trabajo de la comisión normalizadora para tener un fútbol más cristalino y transparente da sus frutos o si Tenfield vuelve a tomar la AUF.
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