La selección uruguaya de cricket, integrada por indios, busca su lugar para jugar

Todos los domingos cerca del mediodía el fútbol deja su espacio de privilegio en plena rambla de Montevideo para darle paso al cricket.

Actualizado: 14 de febrero de 2019 —  Por: Redacción 180

La selección uruguaya de cricket, integrada por indios, busca su lugar para jugar

AFP

El acuerdo se dio luego de varias disputas entre un grupo de uruguayos que juega al fútbol todos los fines de semana, y una treintena de indios que desplegó allí su liga de cricket, por ser ese un sector de la rambla bautizado en honor a Mahatma Ghandi. 

El cricket en Uruguay se comenzó a jugar casi con la fundación de la República, pero su práctica se fue perdiendo hasta que murió en los 80. 

Fue recién con la llegada de inmigrantes indios a principios de este siglo, que se volvió a jugar, primero, y luego a organizar una liga, y una selección que en la actualidad está íntegramente compuesta por indios y ya consiguió el segundo puesto en el Sudamericano disputado en Bogotá, el año pasado. 

La disputa por el espacio tuvo de todo menos violencia. Los indios, al sentir que serían desplazados, apelaron a un permiso supuestamente firmado por la intendencia de Montevideo, que luego se descubrió era un papel apócrifo. 

"Al otro domingo vinimos como arañas y los increpamos", recuerda Daniel Mosco, un administrador uruguayo que vive a pocas cuadras del sitio y juega al fútbol en ese lugar hace 30 años. 

Finalmente, las partes acordaron que el cricket comienza una vez que termina el fútbol, a la hora en que el sol alcanza su zenit. 

"Fue una viveza de ellos y nosotros, que nos creemos vivos, no lo somos, los vivos son ellos, y con el viejo truco de hablar en inglés nos pasan para la cueva, pero mirá que cuando quieren hablar castellano lo hacen bastante bien", sonríe Daniel. 

A jugar

El "¡one, two, three, go!" retumba en los exclusivos edificios de Punta Carretas que miran al Río de la Plata. Es hora de jugar ante la curiosa mirada de las familias que pasean por la rambla. 

Casi todos los jugadores provienen del mismo país y trabajan en la misma empresa, TATA Consultancy Services, quien tiene en su plantilla a unos 200 indios. 

Sin embargo, entre ellos se hablan en inglés, ya que en India existen 22 idiomas oficiales. 

Avijit Mukherjee (28) se prepara para batear ante la atenta mirada de Verónica, su novia uruguaya y principal razón para seguir viviendo en Montevideo. "Me atrajo su cultura, tiene consideración y es caballero, algo que ya no se ve tanto en la sociedad uruguaya", afirma la mujer. 

"Jugaba en mi país, pero con mucha más infraestructura", recuerda Avijit, "En India hay estadios y muchos sitios para jugar, mientras que aquí todavía no tenemos uno". 

El Sudamericano también les consiguió un nuevo jugador, que se acercó tras leer la noticia en los diarios. Se llama Saied Muhammad Asif Raza, pero sólo hay que llamarle Asif. Es médico, tiene 29 años y una seña muy particular entre el grupo: nació en Pakistán. 

"Entre los gobiernos y en el cricket siempre existieron problemas, pero los pueblos nos llevamos súper bien y en el equipo no hay diferencias de ningún tipo. Soy uno solo, podrían sacarme y no lo hacen", dice. 

Asif salió a los 19 años de su casa en Multan, a 10 horas de Islamabad. Su destino fue Cuba gracias a la beca Fidel Castro, tras el terremoto de Cachemira que azotó la región en 2005. 

El hombre regresó a su lugar, pero no logró readaptarse a su cultura. 

"No vine (a Uruguay) a buscar mejor vida económica, de hecho vivo mejor en mi país porque a mi familia nunca le faltó nada. El tema es que cuando vives muchos años fuera nunca tienes un hogar, y el cricket me acerca a él", afirma. 

Buscando su destino

"La verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí mismo". La alusión del escritor Herman Hesse al referirse a su Sidharta parece hoy mover al grupo de indios en Uruguay. 

"Seguimos en la búsqueda de una cancha fija", cuenta a la AFP Beerbal Maniyattukudy, secretario de la Asociación Uruguaya de Cricket, nacido en Cochin, en el sur de India.  

"Tenemos 120 jugadores para este año, además, estamos empezando con unos equipos femeninos de los que, por ahora, tenemos 20 personas interesadas. Y también tenemos planes para hacer una liga de sub-15", relata Beerbal. 

La solución parece tenerla Peñarol, club que proyecta un campo de cricket en la ciudad deportiva que levanta a una hora de Montevideo. 

Peñarol recupera la memoria

El 28 de septiembre de 1891 se fundó el Central Uruguay Railway Cricket Club, más conocido como CURCC y que años después fue Peñarol, pero que volvió a tener un equipo de cricket recién hace una semana. 

"Cuando planteamos el tema cricket no había mucho que resolver, todos eran conscientes de lo que significaba para la historia del club, solo había que ver la forma de viabilizarlo", reconoce Leonardo Viñas, al frente del equipo que también está integrado por indios. 

El hombre reconoce que muchos socios se acercaron a trabajar por la nueva actividad pero muy pocos a jugarla. 

"Confiamos que es un trabajo de tiempo, difusión y enseñanza del deporte", confía, y admite: "aún hoy a nosotros no nos quedan claras ciertas reglas". 


 

AFP