Para colmo ninguno de los tres integrantes de la comisión le debe favores a Casal, por lo que actúan, en el acierto o el error, sin pedirle permiso. Incluso el presidente de la comisión, Pedro Bordaberry, sugirió hace algunos días no vender más los derechos de TV y que la AUF tenga su propia señal. “Si no se venden los derechos se pueden sacar tres veces más”, declaró en el programa 100% Deporte.
La animadversión que Tenfield le tiene a los integrantes de la comisión normalizadora tampoco es nueva. Es la misma que ha tenido con todos los que no se dejaron avasallar por su poder. Personas probas como Héctor Lescano o Sebastián Bauzá son dos buenos ejemplos del modus operandis de la empresa Tenfield, que incluye campañas mediáticas de desprestigio lideradas por sus acólitos.
Aún jaqueada a partir de la postura de los futbolistas, la empresa Tenfield tiene mucho poder. Tanto dentro como fuera del fútbol. Y ahora dio otra prueba de ello.
Desesperada por deshacerse de la comisión normalizadora en un año clave, en el que se venderán los derechos de la eliminatoria, trata de forzar su salida y definir quién será el nuevo presidente. Y, una vez más, recurre a algunos clubes que funcionan de brazos ejecutores. Con los votos de Cerro Largo, Progreso, Racing, Juventud, Fénix, Boston River y Cerro (que gana tiempo para pagar sus deudas) más Danubio y River que cambiaron su voto a último momento, fue aplazado el inicio del Uruguayo previsto inicialmente para el 9 de febrero.
La argumentación fue que quieren esperar a que se fijen elecciones en la AUF. La realidad es que se trata de una jugada para torcer la elección a favor del candidato que más le convenga a Tenfield.
Esos mismos clubes, y el resto de los integrantes del futuro congreso, recibieron hace 15 días un borrador de reglamento electoral y de funcionamiento del nuevo congreso. Resulta obvio que sin eso no se puede llamar a elecciones. El único que contestó fue Wanderers. Es decir que los que están apurados para que se fijen elecciones no fueron capaces de responder un documento que ayudará a fijarlas.
Esto sin tomar en cuenta que desde hace varios está fijada una reunión para el miércoles 6 con todos los nuevos actores del congreso y, si hay consenso sobre esos temas, a la semana siguiente se citará a un congreso formal para llamar a elecciones.
El nuevo estatuto se aprobó el 1 de diciembre, tras eso los abogados de la AUF y de los clubes corrigieron los detalles en el texto, el 13 se envió al Ministerio de Educación y Cultura y el 28 se aprobó, el 7 de enero se reabrió la AUF, el 8 se redactó el documento de reglamento electoral y de funcionamiento general y el 15 fue enviado a todos los integrantes del nuevo congreso. Más rápido imposible.
Es evidente que lo de las elecciones es una excusa, una piedra más que ponen en el camino los mismos de siempre. Hace días Tenfield le comunicó a varios clubes que no les adelantaría dinero hasta que se estableciera fecha de votación. La empresa quiere que sea ya, de manera de hacer coincidir inicio de campeonato y elecciones. ¿Qué gana con eso? Repartir dinero entre los clubes que tienen que votar e incidir de esa forma en el futuro presidente. Lo mismo que hace ahora con algunos clubes lo hizo antes con OFI, la B y la C y ahora mostró el poder que tiene sobre nueve clubes (18 votos en el nuevo congreso).
Tenfield actúa de esa forma desde que el bueno de Eugenio Figueredo le entregó con moño la AUF, en aquel año en el que el ex presidente, sin actividad laboral desde hacía cinco años, apareció con 375.000 dólares en la mano a comprar un apartamento en la rambla de Pocitos. En la serie sobre su vida que va a rodar Netflix capaz nos enteramos cómo hizo.
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