Rodríguez tomó un papel central y junto a los presidentes de los 10 clubes que recurrireron al TAS presentaron en la AUF un nuevo proyecto de estatuto. El jueves sobre el mediodía le comunicaron a los integrantes de la comisión normalizadora que el redactado por FIFA y Conmebol, que hasta el miércoles tenía la aprobación de todas las partes, no iban a aprobarlo.
180 accedió a los dos estatutos y en ellos hay diferencias significativas.
La primera es que en el estatuto elaborado por FIFA y Conmebol el voto es secreto. Los clubes, por su parte, proponen un estatuto con voto a mano alzada.
En el estatuto de FIFA y Conmebol la integración del congreso es distinta a la del estatuto que proponen los clubes. El primero prevé 16 votos para la A, seis para la B, uno para la C, cinco para OFI, uno para el fútbol sala, uno para el fútbol femenino, cinco para los futbolistas, uno para los árbitros y uno para los entrenadores. En el de los clubes hay 32 votos para los clubes de Primera, 14 para la B, ocho para la C, ocho para OFI, dos para fútbol sala, dos para fútbol femenino, cuatro para los futbolistas, cuatro para los entrenadores y cuatro para los árbitros.
El estatuto que estaba consensuado por todas las partes hasta el miércoles de noche y que el jueves de mañana no tenía la aprobación de los clubes, prevé un Ejecutivo con siete integrantes. Uno de ellos representa a los clubes, otro al fútbol amateur y otro a los jugadores. Las otras cuatro personas las elige el congreso. En el estatuto presentado por los clubes el Ejecutivo se mantiene con cinco miembros, todos ellos elegidos en el congreso donde los clubes tienen mayoría.
Los clubes establecen en su proyecto que con dos tercios se modifica el estatuto. A esos dos tercios se llega con los votos de la A, la B y la C. O sea, con los votos de ellos mismos.
Por último FIFA y Conmebol plantea crear una comisión de contralor y transparencia y conflicto de interés. La misma estará integrada por un representante de los clubes, otro del fútbol amateur y otro de los futbolistas. Los clubes aceptan la comisión pero proponen que los miembros lo designe el congreso en proporción a los votos, lo que le asegura mayoría y que ellos mismos sean controladores y controlados.