“Las personas son sus propias autoridades religiosas. Lo que es realmente importante para la mayoría de nuestros entrevistados es la personalización de la experiencia. Las religiones proporcionan símbolos y narrativas pero las personas las usan para contar su propia historia”.
Ese párrafo pertenece al estudio "La transformación de la religión vivida en el espacio urbano de América Latina”, con autoría de los sociólogos especializados en religiones Néstor Da Costa y Gustavo Morello.
En entrevista con No toquen nada de DelSol 99.5, fueron consultados por esa conclusión y en qué lugar deja eso a las instituciones religiosas, y Morello reconoció que estas siguen siendo importantes.
“Como una metáfora podríamos usar al lenguaje. Las instituciones proveen un lenguaje, dan una gramática, un vocabulario pero son los sujetos los que generan literatura, los que cuentan su historia con ese lenguaje. En ese relato hay transformaciones, reinterpretaciones, modificaciones de los signos religiosos, fusiones, en una religión entran palabras e historias de otra. En ese sentido, la importancia de la autonomía creemos que tiene que ver con la complejidad de la vida cotidiana. Por ejemplo, una mujer sola criando chicos en una barriada de Montevideo. Es de tal complejidad que las respuestas que necesita para estar ahí solamente las puede encontrar ella”, comentó Morello, sociólogo argentino que trabaja en el departamento de sociología del Boston College.
Sobre esto, Da Costa, sociólogo uruguayo, planteó que si bien el pensamiento común puede llevar a pensar que “lo que dice la iglesia es algo que tiene que ser tomado por la gente como viene”, lo que muestra el estudio es que “la gente construye el espacio religioso y su propio significado con lo que tiene a disposición en su coyuntura específica y con mucha autonomía de las instituciones religiosas”.
El argentino puso el ejemplo de los ataques terroristas que suceden en Europa, y que cuando se dan siempre se apunta a los imanes de las mezquitas como ideólogos y predicadores de violencia. “No digo que esto no influya pero solamente eso, no. ¿No habrá otros factores que tienen que ver con la radicalización de un grupo, con la actitud de violencia de una persona? No estoy diciendo que ese lenguaje no sea importante y no haya que tenerlo en cuenta pero todo depende de eso. Nuestra investigación plantea esas preguntas”, añadió.
Extendió el planteo comparándolo con lo que pasa con el papa Francisco, que defiende a los pobres y critica a la pobreza, pero también menciona cosas del sistema político argentino. “Esta misma gente que lo apoya en otras cosas, acá dice ‘ya no me gusta que entre en eso’. Creemos que tiene que ver con la autonomía de los sujetos. Lo que el papa diga la gente lo discierne, lo mide y lo evalúa. Si lo extrapolamos a otros líderes, ¿por qué asumimos que lo que dice un imán es lo que hay que hacer y que la gente lo sigue por eso? Tal vez hay que ver lo que pasa con la marginalidad en Francia, la discriminación en otros lugares y ese tipo de cosas”, comentó.
La diversidad religiosa
Morello también habló de la diversidad religiosa y cómo “casi todos los entrevistados han tenido a una persona que cree distinto que él en su entorno”. Dijo que si bien esto genera algo positivo como querer conocer más sobre la creencia del otro, por el otro es difícil la gestión de la pluralidad en el país porque se maneja haciendo silencio, el famoso “para evitar problemas, no hablamos de religión, fútbol ni política”. “¿Cómo lo gestionás si no sabés lo que tenés, si no hay espacio para que esto canalice?”, añadió.
Da Costa agregó que la gente compone sus propias opciones religiosas con lo que tiene a mano y esos elementos vienen de distintos lugares. Recordó el caso de un cordobés que creía en la reencarnación, si bien el budismo y el hinduismo son las únicas religiones que lo promueven y en América Latina tienen un número muy bajo de fieles.
“Será por las series, los medios o lo que sea, esa lógica de componer en la vida aquello que me da razonabilidad a mí en el momento que vivo es la clave del asunto, y ahí toman elementos bien distintos”, dijo Da Costa.