A los agricultores, que la semana pasada organizaron una multitudinaria concentración en Durazno, comenzaron a sumarse otros sectores económicos, como los transportistas de carga, que este miércoles apostaron sus vehículos a la vera de las rutas, constataron periodistas de la AFP.
"No aguantamos más", resumió Fabio Lemus, de 49 años, un empresario que tiene una firma de cuatro camiones y una fábrica de ración para animales, con un total de 10 empleados.
"El problema que tenemos es el combustible, los aportes (patronales al Estado por cada trabajador), los seguros y las patentes (impuestos vehiculares)", que son muy altos, señala el hombre que participa en una de las "vigilias", en la localidad de Progreso.
Lemus fabrica ración para animales, y transporta productos agrícolas en sus camiones.
"La fábrica la voy a cerrar. Eso lo tengo decidido", señala. "Mis proveedores son del campo, y mis clientes son del campo. ¡Decime cómo hago!", exclamó mientras explica las dificultades que tiene para cobrar a productores agropecuarios desfinanciados.
El último incremento de impuestos y tarifas dio contexto a este movimiento de agricultores que se manifiesta por fuera de las gremiales tradicionales del campo, y que se conoce como "autoconvocados" o movimiento "Un solo Uruguay", porque se identifican solo con la bandera del país, sin consignas partidarias, y comienzan cada uno de sus actos cantando el himno nacional uruguayo.
El lunes Tabaré Vázquez anunció algunas medidas -como una devolución de impuestos sobre el gasoil- que no abarcaron a todo el sector agropecuario sino a algunos productores, lo que atizó el descontento.
Las vigilias continuarán hasta el jueves.