Blasina comenzó recordando la movilización rural de 1999, diciendo que “tal vez no fue escuchada y cada 20 años el agro tiene que volver a recordarle al país que si el agro se cae, poco tiempo después todo se cae”.
También dijo que el crecimiento económico del Estado está en peligro debido al gasto excesivo que conlleva y mencionó diez “mochilas que carga el agro”, que son las que frenan su desarrollo.
El agrónomo habló del efecto del dólar barato, diciendo que si bien ha caído en todo el mundo, en Uruguay se ha debilitado en términos nominales desde 2016. Dijo que esto ha hecho que el valor de lo exportado le significa cada vez menos al exportador, por lo que “estamos desvalorizando el esfuerzo de colocar productos uruguayos en el exterior”.
También, dijo que no vio que nadie pidiera un dólar a determinado precio pero sí que el Fondo Monetario Internacional consideró que el dólar en el país está 14% por debajo de lo que debería estar. “Quizás podemos tomar ese dato en cuenta”, añadió.
Blasina habló también de la energía eléctrica, dijo que el país era reconocido en el mundo por su reconversión energética y se preguntó: “cómo puede ser que nada de la revolución energética le llegue al consumidor y se use el monopolio de la energía para recaudar”.
Luego dijo que “hay que terminar con el mito de que el agro no quiere pagar impuestos” y agregó que muchos productores le han dicho que quieren pagar más impuestos a la renta, porque no tienen problema de pagar más si ganan más.
Se habló también de la condición de los caminos y carreteras, y dijo que los extranjeros celebran el estado de éstas cuando recorren de Colonia a Maldonado. “Yo les digo que esa es la mitad de la historia. Es un acto de inequidad, es centralismo, no es justo”, mencionó. Añadió que reconoce que es costoso reparar carreteras pero “pasan los meses y no pasa nada”. “Imaginen cómo es tener un problema de salud y demorar horas para llegar porque los caminos no permiten andar a más de 40 km/h”, comentó.
Blasina enumeró también a los salarios como otra de las “mochilas”, diciendo que “hace tiempo que en Uruguay se están perdiendo salarios privados”, y que “el empleo está relativamente estable subiendo empleados públicos y bajando empleados privados”, lo que definió como “una tendencia muy peligrosa”.
Luego hizo referencia al precio de la tierra, asegurando que se está desvalorizando y habló de la competencia desigual que enfrentan los productores con quienes arriendan para forestación y “disfrutan” de tener una zona franca.
“Productores de las mejores tierras del litoral me dicen que es mejor negocio arrendar para forestar que producir trigo. Pero a largo plazo deberíamos reflexionar si es la mejor decisión de uso de la tierra. No está mal que crezca la forestación, bienvenida la inversión en forestación, pero una es cosa la inversión en tierra de bajo potencial que se valoriza a la de tierras de alto potencial en las que se renuncia a producir alimentos”, agregó.
Blasina mencionó al exministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, y dijo que su salida era “una gran pérdida para el agro uruguayo”, mientras que deseó que las políticas que implementó para agregar valor no se pierdan. También, habló del Tratado de Libre Comercio con Chile que se viene negociando desde hace meses, y dijo que ya que el canciller está a favor del mismo, “se le debería dar la potestad de hacer los acuerdos de Libre Comercio que quiere hacer”.
La lista de “mochilas” se cerró con “la más difícil de liberarse: los prejuicios”.
“Todos escuchamos con dolor que cuando alguien protesta se le acusa de tener tal o cual vehículo, de ser un cajetilla, eso no es bueno. A lo largo de este proceso se ha ido madurando. No hay buenos y malos, esto no puede ser nadie contra nadie, todos tenemos que aceptarnos más a todos. Uruguay ha logrado leyes de inclusión con las que estoy plenamente de acuerdo, pero tenemos que pedir que no se olvide de incluir a los uruguayos rurales que son tan uruguayos como todos los demás”, mencionó.
Finalizó su discurso citando a John Lennon (tras decir que siempre había sido un rebelde, “nunca de Lenin pero sí de Lennon”) y dijo que “esto merece una invitación a imaginar”.
Blasina pidió imaginar un país en el que todos tuvieran la tranquilidad de que el Estado y la sociedad en su conjunto quieran que cada uno pueda hacer lo suyo tranquilamente. Citó datos de predicciones de caídas en las producciones de trigo, cebada, arroz, soja, etc., dijo que es necesario imaginar “a dónde podemos llegar”, y que el reclamo no era pedir que le saquen a unos para que le den a otros sino “corregir un exceso de gasto que está generando un atraso cambiario que está ahogando a toda la economía y no se puede sostener”. “Imaginemos que podemos exportar el doble de lo que estamos exportando. Esto no tiene partido, no tiene otra bandera que la de acá, y es posible hacerlo”, dijo.
En una nueva referencia al cantante de The Beatles, cerró diciendo: “todo lo que estamos pidiendo es denle a la producción nacional una chance”.