De los Santos reconoció que el pasivo de la empresa –que recibió 15 millones de dólares como préstamo del Fondo de Desarrollo (Fondes) y en mayo se quedó sin capital de giro– hoy tiene una deuda de 20 millones de dólares.
El patrimonio actual de Alas Uruguay es su certificación, las frecuencias y taller de mantenimiento vigentes. Para mantener esa estructura hay 18 personas que todavía están trabajando y cobrando su salario. El resto de los empleados de la empresa está en el seguro de paro. “Es lo que exige la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica para que se mantenga la certificación para volar. Algunos están trabajando y otros no”, afirmó.
El vicepresidente de Alas Uruguay sostuvo que el cierre de la empresa no se dio por un problema de “mala gestión”, pero agregó que no podía dar más explicaciones, ni ampliar su planteo porque el tema está en la justicia.
“Como cualquier gestión se puede mejorar, hoy no puedo decir que tuve un error o me arrepiento de algo. No hubo un error grande que te pueda plantear, al revés, creo que el hecho de tomar la decisión de cesar las operaciones de Alas Uruguay hasta ver qué salida había marcó el cierre de una muy buena gestión, porque no quedó ningún pasajero en ciernes”, expresó.
De los Santos dijo también que hay un interesado en la empresa y que no es “ridículo” pensar que todavía es viable.
“Es viable y sigue siendo viable, si no no habría un interesado”, afirmó.