En conversación con No Toquen Nada, la legisladora destacó que la importancia del texto aprobado está en que, desde ahora, se centraliza en el Estado la responsabilidad del cambio de identidad de los niños, además de “evitar que se los trafique como si fueran objetos, que es lo que ha venido sucediendo en el Uruguay”, un país con pocos niños que se entregan en adopción, indicó Percovich. “Hay una gran demanda de parejas que quieren adoptar, lo que ha facilitado ese tráfico ilegal donde se saltean al juez”, indicó.
Percovich señaló algunos de los mecanismos por los cuales las parejas se “saltean” al juez. “Se negocia directamente con la madre que entrega al niño, se quedan con el niño durante un tiempo determinado, un año por ejemplo, y luego se presentan ante juez para iniciar los trámites de adopción”.
“Obviamente el juez no va a sacar al bebito de una familia donde ya se integró, porque eso afectaría el interés del niño”, aclaró.
Otra de las formas de tráfico según la legisladora es que una mujer vaya al Pereira Rossel a dar a luz con una cédula de identidad que no es la suya, sino que pertenece a quien se va a quedar con ese niño. “Se han utilizado muchos tipos de artimañas, donde han participado muchos profesionales; abogados, escribanos, policías, funcionarios del INAU”, comentó.
Dijo además que en Uruguay “hay una costumbre de entregar niños a los amigos, a las parejas que uno conoce, que tienen esta necesidad de adoptar”.
La nueva ley
Luego de la promulgación de la ley -de la que se encarga el Poder Ejecutivo- la selección de las familias que adoptarán será una responsabilidad directa del Estado. “Se hará a través de un excelente equipo técnico que tiene el INAU”, manifestó Percovich. “Si no se hace esa elección, el juez debe elegir de esa selección que hace el INAU. Por supuesto que el juez también puede rechazar la selección que haya hecho el Instituto”.
Percovich indicó que hay muy pocos niños en el país para ser adoptados. “Lo que hay muchos son los padres que quieren adoptar”, especificó. En ese sentido, dijo que no hubo ni va a haber demoras en los trámites, pero que el problema radica en la poca cantidad de niños que esperan una familia. “Si los que hay, se van por una vía ilegal, muchos menos hay”, consideró.
La gente no se queja ni de las demoras ni de la burocracia del INAU, indicó la legisladora. “Los problemas son judiciales”, afirmó. Dijo que este proyecto sirve para agilizarlos.
Sin embargo, manifestó su descontento ante una modificación que recibió el proyecto de ley en la Cámara de Diputados.
“Yo creo que es un error, que puede enlentecer algunas cosas sobre todo para los niños menores de dos años, que es remitir este trámite al Juzgado de Familia”, indicó. “Esos Juzgados tienen muchos trámites y en el caso de los bebitos, los trámites tienen que ser muy rápidos”. Este proyecto busca que ningún bebito quede institucionalizado, ni en el Hospital ni en ningún hogar del INAU, explicó Percovich. Incluso subrayó que desde el INAU se solicitó que se pusiera un máximo de 45 días para la institucionalización del niño menor de dos años.
Por otro lado, se refirió a las expectativas de las parejas con respecto al hijo adoptivo que esperan. “Todos quieren bebitos, pero hay muy pocos. Aparte, si la gente se saltea el registro y la selección que hace el INAU, los bebitos no van al INAU. Los que quedan son niños que, por lo general, las parejas no quieren: mayorcitos, con discapacidades, los que no tienen el color de piel que los padres quieren”.
Con esos “pocos niños”, sostuvo, el Estado tiene que asumir la responsabilidad de selección ante una familia. Argumentó que no cualquiera puede seleccionar: “el juez, por ejemplo, no tiene las capacidades técnicas para hacerlo”. Percovich manifestó “absoluta confianza” en el funcionamiento del INAU y destacó que “no desde esta administración, ya que el equipo técnico es excelente desde hace varios años”.
“Por eso se dejó de lado a otras instituciones que no contaban con equipos técnicos. Antes tenían convenio con el INAU y canalizaban la mayoría de los casos”, justificó. “Había una política específica de tratar que las adolescentes tuvieran niños para dárselos a las familias que ellos elegían, sin criterios técnicos. Hasta tenían un lugar donde esas chicas iban a parir”, denunció. Dijo que el Movimiento Familiar Cristiano es un ejemplo.
Sobre la actual discusión sobre que las parejas homosexuales podrán adoptar, Percovich aclaró que esa opción siempre estuvo habilitada. Antes de este proyecto, indicó, podían hacerlo mediante la adopción simple sin tener que indicar cuál era su preferencia sexual.
“Esto no es ninguna novedad”, comentó a No Toquen Nada. “El hecho de haber centrado allí la discusión es justamente un movimiento de esta gente que tiene tanta influencia sobre todo en el Partido Nacional, y poner este tema como tapa cuando el proyecto no tiene ese objetivo en absoluto”.
Además, señaló que hay muy pocas parejas registradas como unión concubinaria y que son homosexuales.
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