“Nos ha resultado difícil mantener los brasses (vientos) y el sonido cada vez más se iba perfilando hacia esa faceta rockera. Desembocó en diez canciones que en su totalidad lo hacen un disco de rock, no tan ecléctico”, dijo a 180 Pablo Silvera, vocalista de Once Tiros.
La banda -compuesta además por Bruno Andreu en guitarra y coros, Santiago Bolognini en guitarra y coros, Juan Lerena en bajo y Martín Maristán en batería- lanzó en diciembre de 2016 su quinto disco de estudio, “Bunker”, el primero desde “Imán” de 2011.
Uno de sus mayores himnos, “Maldición”, entona: “mutación es mi estado natural”, y eso parece verse reafirmado en esta etapa de la banda. No solo abandonaron los vientos y se centraron en un rock más convencional, de guitarras, sino que su actividad en el verano fue poca, sin los conciertos en boliches a las 5 de la madrugada de otras épocas.
“Bunker” es un disco especial desde su concepción. “Por lo general, teníamos muchas canciones en la vuelta, íbamos revisando el repertorio que había quedado por el camino. Ahora fue similar a esas bandas que se meten en el estudio y componen ahí. No tan así pero parecido. Desde que empezó hasta que salimos del estudio estuvimos con Bruno metidos a full en la composición”, contó Silvera.
El cantante dijo que como todos tienen trabajos por separado, la banda sigue funcionando como un lugar de escape y eso hace que los tiempos se estiren más. Sin embargo, desde 2016 cambió la dinámica, se hizo más fluida y buscan mantenerla así de cara al futuro.
“Antes del ‘Imán’ estábamos saliendo de la época de ‘Momento extraño’, muy indecisos, como caminando sobre arenas movedizas; la gente pensaba que el rock ya había pasado, y nosotros decíamos: ‘no quiero aflojar esto, quiero seguir’. Eso lleva tiempo y sacrificio”, dijo.
Hijos de los 90
El concepto de “Bunker” viene de “un lugar imaginario” en el que los integrantes se refugiaban y quedaban por fuera de lo que pasaba en el mundo exterior y seguían unidos, a pesar que la industria musical se complicaba cada vez más y que una vez que pasó el “boom” del rock de la década del 2000 el panorama no era alentador.
“Muchas bandas amigas se disolvieron, somos de la generación de Sordromo, Vinilo, Bufón o Cambiá la biblia, éramos muchos grupos que compartíamos cosas y se fueron quedando o transformándose en otra cosa. Dijimos: ‘¿por qué carajo seguimos existiendo?’ Y nos encontramos con lo familiar, concepto que se repite mucho pero no por demagogia ni por encontrar una palabra, realmente lo somos, la familia no se elige pero es especial”, comentó.
El arte de tapa del CD -realizado por Eugin Cöre y Maqui Saravia- le dio el toque “apocalíptico” que complementa la sensación de los integrantes del grupo. A su vez, recuerda a las tapas típicas de las bandas de los 90, como Korn o Nine Inch Nails, época musical que formó a la banda.
La presentación oficial del CD será el viernes 12 de mayo en el Teatro de Verano a las 20:00. Las entradas están a la venta en Abitab y Palacio de la Música a 450 pesos, y también hay una promoción de CD + entrada por 700 pesos.