A sus 31 años y con 19 oros ganados Phelps se tiró a la pileta obsesionado con la victoria en la final de los 200 metros mariposa.
Y después de ganarla levantó su dedo índice para que no quedaran dudas de quién era el 1. “La carrera que de verdad quería ganar esta noche eran los 200 mariposa”, confesó después el deportista más ganador de la historia de los Juegos Olímpicos.
“Esta carrera”, dijo, evocando sus primeros Juegos, en Sydney, “se ha repetido durante los últimos 16 años. Y esta fue la última vez. Ver que esto se acaba me resulta extraño. Solo poder ver el número uno junto a mi nombre una vez más en 200 mariposa… No pudo haber resultado mejor”, dijo según publicó El País de Madrid.
Campeón olímpico de 200 mariposa en 2004 y 2008, Phelps se tiró al agua para disputar la final en una carrera repleta de nadadores de elite. Allí estaban el campeón olímpico de 2012, el sudafricano Chad Le Clos, el húngaro Laszlo Cseh, actual campeón mundial, su compatriota de 20 años Tamas Kenderesi, el único en bajar de 1m 53s en las semifinales, y el japonés Masato Sakami.
La carrera concentró una expectación descomunal. Phelps terminó los 50 metros en la segunda ubicación, detrás de Cseh. Con el andar de la prueba, Phelps, Le Clos y Kenderesi quedaron alineados.
“Sabía exactamente cómo nadaría esta carrera Chad y lo vi acercarse hacia la última pared”, recordó Phelps, del paso por los 150 metros. “Cuando faltaban diez metros y le vi otra vez, me dije: ‘Dios mío! ¡Me estoy quedando tieso…!’. Perder la final de Londres es algo que he llevado clavado todos estos años…”.
Si la final de Londres que tanto abrumaba a Phelps se inclinó en favor de Le Clos porque llegó cinco centésimas de segundo antes, la final de Rio perteneció a Phelps porque se adelantó en cuatro a Sakai, que aceleró como un torpedo en el último tramo. El tiempo de Phelps fue 1m 53,36.
“Quería recuperar ese título”, reiteró Phelps tras colgarse el oro número 20. “Llevaba clavada la final de Londres y hubo un par de cosas que necesitaba ajustar en los últimos metros. Necesitaba esa brazada demoledora. La última brazada de Londres me hizo perder el oro y la última de Rio me dio la victoria. No me interesa el tiempo. Solo quería ganar”, añadió.
Apenas tuvo una hora para recuperarse y volvió a tirarse al agua para ganar, junto a sus compañeros, el oro en relevos.
Según cuenta la nota de El País, Phelps dijo antes de marcharse de la piscina que a los 31 años nadar en las dos pruebas “fue un gran desafío. Probablemente mi jornada más difícil”.
Cuando un periodista le preguntó qué significaban estas dos medallas con la perspectiva de su trayectoria. Michael Phelps solo atinó a repetir lo mismo una y otra vez: “¡Qué ganas que tenía de recuperar el título de 200 mariposa!”.