El último libro del periodista Leonardo Haberkorn se titula “Gavazzo. Sin piedad” y recoge el testimonio del teniente coronel retirado José “Nino” Gavazzo, condenado en 2006 por violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura y que actualmente cumple prisión domiciliaria.
Este jueves, el libro fue presentado en No toquen nada, con la presencia de su autor junto al historiador José Rilla y el politólogo Daniel Chasquetti.
Daniel Chasquetti y José Rilla en No toquen nada (Twitter - @NoToquenNada)
Rilla dijo que la obra “da una visión sobre el valor que tiene el relato concreto de las cosas”. Para el historiador, si no está esto “es muy difícil construir una historia” y felicitó la decisión de Haberkorn de componer un escenario múltiple, con varias caras y basarse en el eje de dos víctimas: Roberto Gomensoro Josman y Eduardo Pérez Silveira, “el Gordo Marcos”.
“Creo que es una decisión inteligente que toma (Haberkorn) porque le permite armar una narración, y es probable que uno no pueda entender bien a Gavazzo sin pensar en sus víctimas. Esto me parece importante: la combinación victimario y víctima”, añadió Rilla.
El historiador planteó que el libro genera en el lector la pregunta de cómo se hace un criminal y señaló la importancia de escapar a la tentación de decir que Gavazzo se distinguía del resto por ser “un loco”.
“No, no es ni enfermo, ni un anormal ni un loco y ahí empieza el problema. Sería mucho más tranquilizador para todos los que lo estudiamos y lo sufrimos, creer que no pertenece al género humano. Tengo malas noticias, lamentablemente, está hecho de lo mismo que estamos hecho nosotros. Por eso, víctima y victimario se tienen que explicar recíprocamente”, agregó.
Para Rilla ese “juego entre víctima y victimario” está muy presente en el libro y tiene su relevancia en que la víctima no necesita explicación “porque no tiene opción cuando se transforma en víctima”, mientras que el victimario sí porque puede elegir si torturar o no.
Leonardo Haberkorn en No toquen nada (Twitter - @NoToquenNada)
Por su parte, el politólogo Daniel Chasquetti indicó que le impresionó que el relato sobre Gavazzo “esté construido sin prejuicios desde el inicio del libro”, en el que “no hay un juicio a priori que lo condene”. Remarcó que la narración comienza con la infancia de Gavazzo y la de sus antagonistas (Gomensoro y Pérez Silveira) pero no lleva al lector a pensar “que ese individuo se iba a terminar transformando en lo que se transformó”.
“La historia de Gavazzo es una serie de decisiones que conducen al declive moral. Cada decisión trae nuevos escenarios que lo llevan a tomar nuevas decisiones y cada vez es peor. Al final de los días, termina en lo que es: un individuo sin paz, y su familia también. Le podríamos cambiar el nombre al libro de ‘Sin piedad’ a ‘Sin paz’”, comentó Chasquetti.
(Foto: Difusión - Sudamericana)
El politólogo destacó también que se hayan incluido los juicios de Gavazzo que tenían sus superiores, porque “ahí hay una pista maravillosa para entender cómo se va moldeando su personalidad”. Contó que en el libro se ve cómo las autoridades militares destacan el cumplimiento y la obsesión de Gavazzo por su labor; además de mostrar que “era un tipo complicado desde su juventud”, según contaban sus compañeros de armas.
Chasquetti remarcó lo interesante de ver la formación de la personalidad del exmilitar, quien “cuando se vuelve un experto torturador de mujeres, al mismo tiempo, se transformó en un individuo que frecuentaba todos los prostíbulos del Interior”.
Además, el politólogo dijo que el libro es una suerte de “reivindicación de las víctimas” porque son nombres poco conocidos que “fueron héroes porque soportaron” las agresiones y torturas de Gavazzo y otros.