Temer fue condenado el martes por el Tribunal Regional Electoral (TRE) a pagar una multa de 80.000 reales (unos 22.800 dólares al cambio actual) por haber realizado en 2014 donaciones a campañas electorales por un valor más alto que el permitido por la ley.
Fiscales de la procuraduría electoral consideran que la condena impide que el político de 75 años se presente a elecciones por un período de ocho años, lapso que incluiría los comicios de 2018 cuando acaba el actual mandato.
Sin embargo, no le impediría asumir la presidencia de la República en caso de que Rousseff sea destituida pues fue elegido vicepresidente en 2014 y la ley no aplica para mandatos actuales.
"Puede asumir la presidencia, pero quedaría en una situación inédita de ser el primer presidente 'ficha sucia' (con irregularidades) en la historia del país, impedido de ser candidato a cualquier cargo público en los próximos ocho años", declaró al sitio de noticias G1 la fiscal electoral Claudia Ferreira Mac Dowell.
Si el Senado opta por instalar el juicio político contra Rousseff y luego la condena definitivamente, Temer presidirá Brasil hasta fin de 2018.
Este abogado constitucionalista ha señalado que no será candidato en las próximas elecciones.
Una portavoz del TRE dijo este jueves a la AFP que el tribunal no se manifestaría sobre la cuestión de su inelegibilidad y que "si en el futuro" Temer presenta una candidatura, ahí "se revisaría su situación".
De cualquier manera, sólo podría quedar inelegible si así lo determina un fallo judicial en una instancia superior.
"Eso tendría que ser objeto de otro recurso ante el Tribunal Superior Electoral", explicó la portavoz.
La asesoría de prensa de Temer divulgó una nota en la que señaló que éste pagará la multa con recursos propios y que eso lo protege de ser considerado un político 'ficha sucia'.
Pero fiscales y abogados citados por el diario O Estado de Sao Paulo consideran que el pago de la multa no es suficiente y que sólo el lapso de ocho años o una revocación del Tribunal Superior lo librarían.