Conde se viste de héroe y desata el éxtasis tricolor

Nacional clasificó en San Pablo ante Corinthians tras empatar 2 a 2 con una soberbia actuación de Esteban Conde y goles de Nicolás López y Santiago Romero.

Actualizado: 04 de mayo de 2016 —  Por: Diego Muñoz

Conde se viste de héroe y desata el éxtasis tricolor

NELSON ALMEIDA / AFP

Escuchá los goles de Nacional y el penal atajado por Conde.

A este Nacional que construyó Munúa no le tiemblan las piernas contra ningún rival, en ninguna cancha. Tiene carácter, personalidad, compromiso. Aunque eso solo no alcanzaría. El Nacional que construyó Munúa también tiene argumentos futbolísticos, buenos jugadores, orden táctico, capacidad de juego. Por último pero no menos importante, el Nacional que construyó Munúa hace gala de una resistencia física infrecuente para un equipo uruguayo. El profesor Jorge Franco es responsable de que los futbolistas corran los 90 minutos por más vertiginoso que sea el ritmo del partido.

Con las tres patas bien firmes a Nacional la vida le sonríe. El Tricolor volvió a dar un golpe de autoridad, esta vez frente a Corinthians, para avanzar a cuartos de final de la Libertadores.

Para conseguirlo contó con un arquero brillante. Conde no tiene decenas de tatuajes ni un corte de pelo raro, no participa de las redes sociales y cultiva un bajo perfil. Austero, sin desbocarse cuando da notas, en San Pablo dejó claro por qué Munúa insistió para contratarlo. El hombre que es salida del equipo con los pies casi siempre, se transformó también en un auténtico guardián del arco. Atajó las que iban al ángulo o al medio, descolgó los centros, dominó el área y cerró la serie al contener un penal cuando quedaban 10 minutos por jugar.

Y si en el área propia Conde fue un superhéroe, en la de enfrente López no se quedó atrás. Nico no repara en el contrario por más complicado que parezca, ni en el defensa que tenga delante, menos aún en la cancha o en el entorno. No hay mejor jugador para resolver el partido más difícil.

Nacional se vuelve de Brasil con una clasificación estimulante, que demuestra todas las virtudes que tiene el equipo y que también evidencia cuánto puede llegar a padecer cuando se desconcentra o tiene actitudes irreflexivas.

Basado en la intensidad y en la velocidad, Nacional mostró con creces durante la fase de grupos que era competitivo. Esas sensaciones quedaron corroboradas ante el campeón del fútbol brasileño.

Mejor no podía empezar el partido en el Arena Corinthians. No habían pasado ni cinco minutos cuando López levantó un centro, Kevin Ramírez cabeceó, a Leandro Barcia le quedó larga la pelota cuando quiso definir, Cassio dio rebote y López puso el 1 a 0.

Munúa no resignó poder ofensivo para armar una línea con tres volantes de marca. El entrenador mantuvo a Gonzalo Porras y Santiago Romero en el medio y colocó por delante a Barcia, Seba Fernández y Ramírez. El gol era su recompensa.

Convencido de que lo mejor por hacer era controlar el juego para luego pensar en los goles, Corinthians empezó a trabajar el partido. Los brasileños abrieron la cancha con sus extremos e insistieron por las puntas. Sin embargo, no resignaron el medio.

Nacional empezó a padecer los ataques y comenzó a replegarse pero no pudo evitar que Lucas empatara a los 14.

Ni Jorge Fucile ni Alfonso Espino por las puntas ni tampoco Gonzalo Porras y Romero por el medio, eran capaces de detener a sus rivales que iban al ataque desbocados. En medio de esa realidad de juego, Conde evitó con su pie el segundo gol del local.

Corinthians acentuó el dominio de la pelota y del territorio. Las condiciones del partido obligaron al Tricolor a posicionarse en su campo y a olvidarse del arco rival. La estrategia era cerrar los espacios del Corinthians, recuperar y salir de contragolpe. Recién lo pudo hacer sobre el final del primer tiempo, cuando una contra en la que combinaron Barcia y López casi termina en gol.

El segundo tiempo se presumía largo para Nacional, que pondría a prueba su capacidad de sufrimiento y esperaría su chance para atacar. Exactamente eso pasó a los 11 cuando subió con cinco jugadores y Romero anotó el 2 a 1 luego de un tiro de Fernández que Cassio rechazó.

Los minutos posteriores fueron tranquilos para los de Munúa. Se afirmó Victorino en el fondo, Porras y Romero corrieron mejor la cancha en el medio, López se mantuvo tan activo como toda la noche.

Perdido en la cancha, a Corinthians no se le ocurrió otro recurso que insistir por arriba. Conde sacó un tiro del ángulo y descolgó varios centros mientras que la zaga devolvió decenas de pelotas de cabeza.

Si la noche de Conde ya era redonda, cuando Polenta cometió su primer penal, a los 82 minutos, se volvió memorable. Sin ninguna convicción André remató y el golero se quedó con la pelota.

Parecía el golpe de gracia para los brasileños hasta que Polenta decidió darle otra oportunidad y cometió un segundo penal inconcebible ya en los descuentos. Ahí Marquiños sí acertó. Con dos minutos por jugar Corinthians revivió y hasta tuvo una chance clara que desperdició Ángel Romero.

Al final todos fueron sobre Conde, el héroe de la noche. Fue un justo reconocimiento porque sin él la misión hubiera sido casi imposible. Aunque tal vez tampoco hubiera alcanzado sin la presencia de Victorino, el corazón de Romero, los pies de Nico López, la cabeza de Munúa y la entrega de todos. Porque este Nacional es un equipo que se la banca. Y que ilusiona.