Uruguay concurre a esta instancia como único país con una ley nacional de regulación completa del mercado de cannabis y uno de los países que reclama cambios en el enfoque prohibicionista rígido que ha prevalecido hasta ahora en la comunidad internacional respecto al tema drogas.
Milton Romani, secretario general de la Junta Nacional de Drogas, dijo la semana pasada en No toquen nada que el documento de UNGASS acordado el mes pasado en Viena marca una ruptura de la línea de un mundo sin drogas aprobado en la UNGASS de 1998.
“Creo que va a ser muy significativo que se rompe el consenso de pensamiento único y va a quedar blanco sobre negro que hay distintas posiciones. El texto ya está consensuado en Viena, es muy difícil que se reabra y fue un 'empate de visitante', incorpora algunos temas pero mucho más importante es que deja abierto un debate para el futuro”, dijo Romani.
La sesión especial de la asamblea estaba prevista para 2019 pero se adelantó para este año por pedido de México, Colombia y Guatemala.
Según adelantó Romani el documento que será aprobado, probablemente sin cambios, por la Asamblea planteará un avance hacia un paradigma prohibicionista pero más flexible que el vigente hasta ahora: un mundo libre del abuso de drogas.
“No va a ser un documento de la rigidez y del enfoque prohibicionista duro. Será un enfoque de prohibicionismo más blando, más flexible. Ahora han empezado a acuñar una expresión que es 'un mundo libre del abuso de drogas'”, explicó.
Romani dijo que el prohibicionismo rígido es la línea mayoritaria en la comunidad internacional.
“El mundo es hegemónicamente prohibicionista. La gran mayoría sino todos los países asiáticos, Rusia, China, en la Unión Europea incluso Suecia que es una excepción, los países africanos, tienen un prohibicionismo rígido que quedó patente en la anterior UNGASS, de 1998, que terminó proponiendo un mundo sin drogas y la erradicación en 10 años de la gran mayoría de los cultivos de la adormidera, opio y coca. Es una distopía, no una utopía, que ha distorsionado tremendamente la posibilidad de tener un enfoque equilibrado e integral”, afirmó.
Romani dice que en los últimos años ha tomado fuerza en varios países la idea de revisar profundamente el paradigma de la guerra a las drogas. Según el secretario de la Junta Nacional de Drogas, Uruguay ha jugado un papel de liderazgo en el bloque de países que reclaman un cambio de enfoque.
“Existen tres convenciones internacionales fuertemente prohibicionistas pero ha habido toda una corriente, que Uruguay lideró, que ha insistido en la debida integración de los instrumentos de Derechos Humanos en las políticas de drogas en primer lugar. Segundo, que el tema mundial de las drogas es debatible, discutible, que admite diversidad. Y en tercer lugar, estas experiencias de regulación del mercado de cannabis que defiende Uruguay, es una forma eficaz y eficiente de avanzar por un camino diferente al tema de la guerra o de la represión. No quiere decir que se limite la aplicación de la ley pero el problema que tenemos en el mundo entero es que tiene que terminar esta guerra porque ha generado más daños que las drogas mismas”, sostuvo Romani.
Según él, una novedad relevante de los últimos años y con impacto en esta sesión de UNGASS es el papel novedoso que está jugando EEUU. Un país históricamente prohibicionista que en los últimos años, desde el gobierno federal, permitió modelos de regulación de la marihuana recreativa en varios de sus Estados y que aportó su parte para el cambio de enfoque a nivel de la comunidad internacional.
UNGASS 2016
Organizada en Nueva York por iniciativa de Colombia, México y Guatemala, la sesión especial de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el problema mundial de las drogas (UNGASS 2016) se extenderá hasta el jueves, con decenas de eventos al margen y la presencia anunciada de mandatarios y ministros.
América Latina es uno de los impulsores de un enfoque multidisciplinario centrado en la salud pública, tras constatar que la denominada "guerra contra las drogas" lanzada 40 años atrás desde Estados Unidos, mayor consumidor mundial de cocaína, no ha dado los resultados prometidos y ha tenido un alto costo en vidas humanas.
Entre los mandatarios participantes en la primera jornada estuvo el mexicano Enrique Peña Nieto, quien aseguró que las respuestas brindadas hasta el momento "fueron francamente insuficientes" y pidió avanzar en "un nuevo entendimiento internacional".
"El esquema basado esencialmente en el prohibicionismo, la llamada guerra contra las drogas, que inició en los años 70, no han logrado inhibir la producción, el tráfico, ni el consumo de drogas en el mundo", dijo el presidente mexicano.
"Como presidente de México, en esta sesión especial doy voz a quienes ahí expresaron la necesidad de actualizar el marco normativo, para autorizar el uso de la marihuana con fines médicos y científicos", agregó.
De su lado, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, sostuvo que las políticas para luchar contra las drogas "deben tener congruencia con la declaración de los derechos humanos" y poner "a las personas y no a las sustancias en el centro".
Un modelo "más humano"
En la apertura de los debates, el plenario aprobó por aclamación el documento "Nuestro compromiso conjunto de abordar y contrarrestar eficazmente el problema mundial de las drogas", que incluye una serie de recomendaciones fruto de dos años de negociaciones entre los Estados miembro.
"El problema mundial de las drogas sigue siendo una responsabilidad común y compartida que ha de afrontarse en un entorno multilateral mediante una cooperación internacional más intensa y efectiva y que exige un enfoque integrado, multidisciplinario, equilibrado, amplio y basado en datos científicos", admiten los mandatarios en ese texto.
Las recomendaciones hacen referencia a la prevención, pero también al "tratamiento, rehabilitación, recuperación y reinserción social", y la "disponibilidad de sustancias sometidas a fiscalización y el acceso a ellas con fines exclusivamente médicos y científicos".
Otro mandatario latinoamericano que hablará en el plenario será el colombiano Juan Manuel Santos, quien tiene previsto presentar un nuevo modelo "más efectivo, duradero y humano" para enfrentar el problema de las drogas.
"No estoy proponiendo la legalización. Estoy proponiendo que cambiemos de enfoque, de prioridades. Porque llevamos más de 40 años en esta guerra contra las drogas y no la hemos ganado", declaró Santos en una entrevista con la AFP en Bogotá en víspera de la apertura del encuentro.
El gobierno colombiano destacó varios avances en el documento aprobado, entre ellos el reconocimiento de la "autonomía de los Estados para implementar con mayor flexibilidad las convenciones de drogas", la inclusión de los "derechos humanos", y la admisión que "la dependencia es un problema de salud pública".
La agenda de debates en el hemiciclo de Naciones Unidas en su primera jornada abarcó la reducción de la demanda, prevención y tratamiento y el abastecimiento de sustancias controladas para fines científicos y médicos.
El miércoles y jueves se discutirán cuestiones como la respuesta a los crímenes vinculados con las drogas y el lavado de dinero, la promoción de cooperación judicial, la cooperación regional y cuestiones socioeconómicas.