Díaz dijo en No toquen nada que el sistema procesal penal uruguayo “no respeta a la víctima, no le reconoce ningún derecho, la usa como objeto de prueba”, y afirmó que “con la más absoluta propiedad personal” que el sistema “desprecia a la víctima”.
“Es un absoluto, total y completo desastre”, indicó durante la clausura de un curso de litigación oral realizado en la Universidad de la República.
En No toquen nada, el fiscal de Corte habló de las modificaciones que necesita el Código del Proceso Penal y dijo que “la víctima es un gran dolor de cabeza para los procesos penales modernos”. Señaló que, en general, “es la parte más débil” e indicó que a la víctima “hay que reconocerle derechos” y “escucharla” ya que “queda un dolor social sin tratar”.
“El 95% de los hechos delictivos quedan sin respuesta. Imagínate la cantidad de gente que anda caminando por la calle con ese dolor que no se lo puede sacar y al que el Estado no le dio una respuesta. Ni siquiera sucede como en Chile, que aunque no te aclaren el delito, te mandan un telegrama cada 15 días o un mes diciendo ‘mire hemos hecho esto, aquello, o no tenemos novedades’”, dijo Díaz.
La ex esposa del fiscal Díaz fue asesinada hace un mes mientras ingresaba a su domicilio, tras resistirse a un intento de rapiña.
Si bien reconoció que algunos de los que escuchan su discurso podrán pensar que está “hablando desde la bronca”, dijo: “estoy indignado y dolorido, pensé mucho antes de venir para acá (a No toquen nada)” pero aclaró que este discurso “con mayor o menor énfasis” lo viene diciendo “desde hace diez años”.
“Resisto al archivo que tú quieras. Entonces, ¿por qué no lo voy a seguir diciendo? Si es mi batalla desde hace tiempo”, agregó.
Consultado acerca de si temió que la situación que vivió su familia cambiara su percepción del tema, dijo que sí, pero que creía ser lo bastante objetivo como para hablar a los medios con base en cifras, datos y propuestas.
“No vengo a quejarme, vengo a plantear propuestas, a cuestionar a un sistema”, añadió.
Además, Díaz agradeció las muestras de solidaridad que ha recibido desde que ocurrió el hecho y dijo que “la solidaridad es la mano tendida, tener empatía, ofrecer soluciones y mirar hacia adelante”, ya que el miedo al cambio “nos paraliza”.
Dijo que si bien Uruguay “se jacta de tener la agenda de Derechos Humanos que tiene y anda pavoneándose por el mundo” sobre ese tema, en este aspecto “está vulnerando los Derechos Humanos de primera generación”.