Fue el primer anuncio económico de Macri tras asumir el jueves pasado con promesas de liberalizar la tercera economía de América Latina tras 12 años de políticas proteccionistas e intervención estatal.
Los impuestos a las exportaciones de granos, que permitieron un sensible aumento de la recaudación, generaron en 2008 una prolongada huelga de las patronales agrarias que puso en jaque al gobierno de la expresidenta Cristina Kirchner (2007/2015).
"Hoy voy a firmar el decreto de retención (impuesto a las exportaciones) cero para las economías regionales", dijo Macri en un acto ante productores en Pergamino, una de las más ricas zonas agrícolas del país.
"Las retenciones pasan a cero para trigo, maíz, sorgo, excepto para la soja que pasa del 35% al 30%", precisó luego el ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, en declaraciones a la prensa en el lugar.
La medida tiene por objetivo incentivar la producción agrícola pero a corto plazo busca que los productores y exportadores liquiden el stock retenido, como una manera de que ingresen divisas a las alicaídas reservas del Banco Central.
"Confío en ustedes que podemos duplicar la producción de alimentos en Argentina", declaró Macri ante los productores.
Afirmó que Argentina tiene que "dejar de ser el 'granero del mundo', para ser el supermercado del mundo", en alusión al agregado de mano de obra a la materia prima.
Las exportaciones agrícolas globales estimadas para este año alcanzan unos 25.000 millones de dólares, un tercio del total de ventas al exterior.
AFP