Mientras ultima detalles para la presentación de Cuentos Borgeanos en el Teatro Ópera de Buenos Aires el próximo 10 de octubre -primera vez de la banda en un lugar de esa magnitud-, Abril Sosa se presentará como solista junto a Martín Laco en Montevideo.
A Sosa no sólo le encantan los conciertos íntimos sino que disfruta de no ser “tan conocido” en Uruguay para poder “conquistar el corazón de las personas” cuando se suba al escenario. Quizás por eso le pareció una buena opción compartir un show con su amigo Martín Laco -que presenta su disco “Autofagia”- en la Sala Experimental de Malvín.
“Martín es como un embajador de Uruguay para mí. La mayoría de los conciertos que hice como solista y con ‘Cuentos’ los produjo él y se transformó en un amigo. En mi estudio, en este momento, hay cajas y cajas con su disco, que lo mandó a fabricar acá y cuando viaja los viene a buscar”, contó Sosa a 180.
Sosa interpretará canciones de su disco solista, “El piloto ciego” (2012), al cual considera “un disco inacabado, en el buen sentido de la palabra”, ya que “en cada concierto pasan cosas con las canciones, se da la posibilidad de reversionarlas”.
“La canción va mutando y toma otra forma”, señaló.
El cambio es una constante en la carrera de Abril. Tanto es así que ese ni siquiera es su nombre real, sino Miguel. “Estaba cumpliendo 19 años, estábamos terminando de grabar ‘Cuentos decapitados’ con Catupecu y estaban pasando muchas cosas en mi vida interior, mi visión del mundo, entre otras cosas. Sentía que esa persona que yo era, ya no era más el Miguel que mis padres habían bautizado y el Miguel de mi infancia, adolescencia y de los primeros discos de Catupecu”, contó. A partir de una idea, en principio en forma de chiste, de Gustavo Bilbao, extecladista de Catupecu Machu, optó por su nuevo nombre y llegó a andar con un cartel pegado en su campera que decía: “soy Abril”.
“Desde ahí empezó a quedar. Un poco tuve que obligar a la gente a que me diga, porque nadie quería”, explicó, entre risas.
Pero los cambios no fueron sólo por ese camino. El sonido de Cuentos Borgeanos varió desde sus comienzos con un CD “más punk melódico”, como “Fantasmas de lo nuevo” (2002), a su último trabajo, “Postales” (2014). Esa evolución sonora se percibe también entre “Dale!” (1997) y “Cuentos decapitados” (2000), los discos de estudio de Catupecu Machu de los que participó.
“En la canción ‘Contando desde atrás’ hay un verso que dice ‘sólo la inquietud te salva’, y por ahí, es como una bandera, un himno. Siempre fui una persona muy inquieta, desde los comienzos en Catupecu tocando la batería. Se ve no sólo de disco a disco sino entre conciertos. Un día salía con una batería doble bombo y estuve mucho tiempo usando un bombo electrónico y dos cuerpos de madera, algo muy raro para una banda de rock y para el estilo que hacíamos en los primeros tiempos”, contó.
Indicó que no se ve haciendo siempre lo mismo y que con Cuentos Borgeanos nunca respetaron una tendencia o moda, ni siquiera desde una estética. “Cuando salieron Los Strokes había doscientos millones de bandas que querían ser ellos. Nosotros siempre fuimos por un camino muy personal”, añadió.
Relación con Uruguay
Además, el artista se refirió a un emprendimiento que está planeando junto a Martín Laco en Uruguay llamado “Entre dos aguas”. Este consta de convocar a artistas plásticos uruguayos y argentinos y realizar muestras en Buenos Aires y Montevideo, donde también haya espectáculos musicales y otras disciplinas artísticas. La idea es que participen artistas desconocidos para poder hacerlos conocer, y se realizará en 2016.
Poetizar sobre el “lío de la vida”
El músico y productor también mantiene un blog llamado “El piloto ciego” -cuyo nombre usó para su primer CD-, donde suele subir poemas y otras composiciones personales. “Me gusta mucho escribir y nunca me animé a editar nada, es un ítem pendiente en mi vida. Soy un gran lector, no como (Jorge Luis) Borges, que se ha jactado de ser mejor lector que escritor, pero me gusta mucho leer y realmente lo que escribo es muy pobre al lado de las grandes cosas que me toca leer”, señaló Sosa.
Acerca de esa tarea, dijo que le atrae que sea una plataforma “muy íntima y solitaria” ya que le da “esa sensación de que nadie está leyendo”. El blog no permite comentarios y las entradas no tienen fecha. Las poesías del artista le llegan a la mente como versos y allí mismo percibe que no pueden ir en una canción, por lo que los lleva a la forma de un poema. Contó que nunca creó una letra a la que luego le agregó música y la hizo canción, siempre fue al revés.
La composición conforma una parte muy importante de la vida de Sosa. Dijo a 180 que la excusa de la música es poetizar. “Es escribir el lío de la vida que está pasando adentro, por eso a mí me cuesta muchas veces. No soy de esas personas que está en una reunión y agarra una guitarra y toca. Para mí subir a un escenario e interpretar una canción es hablar de mí, es una especie de psicoanálisis, un mundo privado. Soy una persona muy negativa, en el sentido de que mi visión del mundo es un poco atroz o triste. Escribir, hacer canciones es sacarme ese peso que es muy personal y obviamente muy introspectivo”, señaló.
Se refirió a la música actual y dijo que “se siente la herencia de grandes poetas como Miguel Abuelo, Gustavo Cerati, Federico Moura o Luis Alberto Spinetta a la hora de comparar con lo que suena ahora”. Opinó que, hoy en día, suenan “cosas que, quizás, musicalmente estén bien y pueden sonar divertidas pero simplemente reproducen la tendencia de lo que están escuchando”.
“Me pasa mucho produciendo. Les digo: ‘muchachos, pónganle energía a las letras, digan algo, tienen la posibilidad de decir algo importante, pueden ser Walt Whitman si quieren’, y nadie le pone ese foco al escribir”, expresó.
Abril Sosa y Martín Laco se presentarán este sábado 22 de agosto en la Sala Experimental de Malvín (Dr. Decroly 4971 esq. Michigan) a las 21:00. Las localidades anticipadas se venden a $150 en la boletería de la sala o comunicándose con martin.laco@hotmail.com.