No todos los dirigentes son negligentes o corruptos. Los hay serios para conducir y honrados para administrar. Pero los “vivos”, los “mediáticos”, los “hábiles”, los capaces de caer siempre bien parados, ganaron terreno de forma abismal. Más que la Celeste de antes volvió la AUF de antes. Despreocupada, improvisada, desamparada. Y lo padece la competencia local y la selección.
Nadie se inmuta si un torneo termina a principios de mayo y el siguiente comienza el 15 de agosto. Saben que la pelota distrae y que con hablar de los rumores de pases durante el receso o del offside que no fue cuando empieza el fútbol, ya basta para que todo se vuelva irreflexivo.
Nadie repara en que la Asociación Uruguaya de Fútbol recupera para 2016, por gestión del anterior Ejecutivo, los millonarios derechos de imagen y merchandising de la selección tras 18 años en poder de Tenfield. Es un tema que no se toca ni siquiera en privado. “Se los van a llevar de vivo de nuevo”, dijo a 180 un ex neutral.
No hay quien se preocupe porque El Tanque tenga una deuda de 595.000 dólares a pesar de ser a todas luces insolvente y mucho menos porque su presidente haya tratado de borracho a un jugador que se quejó porque no cobraba o aplique correctivos a los jugadores que reclaman el sueldo. Es el mismo presidente que festejó la permanencia con una dedicatoria irónica a Mario Bardanca, Enrique Yannuzzi y a mí.
EL TANQUE SISLEY SIGUE SIENDO DE PRIMERA UN SALUDO CORDIAL A LOS sres. YANUCCI- BARDANCA- D.MUÑOZ LADRAN SANCHO SEGUIMOS CABALGANDO
— oscar fredy varela (@cabovarela) junio 7, 2015
A nadie le interesa que las decisiones se hayan vuelto a tomar lejos de la calle Guayabos o que el Consejo Ejecutivo haya perdido la autonomía e independencia.
Volvieron las épocas en las que algunos neutrales llaman a los directivos de Tenfield para enterarlos de todo lo que pasaba y para recibir instrucciones; los tiempos en los que operadores que ofician de presidentes de clubes viajan con todo pago, invitados por la empresa dueña de los derechos de TV.
Decía Eduardo Galeano que “el fanático es un hincha en el manicomio” y que “la manía de negar la evidencia ha terminado por echar a pique a la razón y a cuanta cosa se le parezca”. De esa pasión, de esa irracionalidad, se aprovechan en el fútbol uruguayo tanto como lo hizo a mayor escala la FIFA.
La AUF critica el escándalo en FIFA como si en casa no pasaran cosas turbias, se rasga las vestiduras al hablar de Figueredo como si no hubiesen sido esos mismos dirigentes quienes lo endiosaron y, junto a un grupo de periodistas, le hicieron de claque.
En medio de tamaña desidia ¿a quién le puede llamar la atención los dos partidos a Edinson Cavani y los tres a Óscar Tabárez y Mario Rebollo que impuso la Conmebol?
Primero la patética defensa a Suárez, luego el intento de atenuar la pena de Cavani. Todo suena improvisado, nada sale bien.
El desasosiego es mayor si en vez de ocuparse de temas serios el secretario general de la Asociación es capaz de perder un minuto de su vida para calificarme de "contrita" por una opinión que no le gustó y, peor todavía, si el secretario de selecciones nacionales lo avala.
El Tanque nomaaaaa para mis abuelos que le ven desde allá! Y pa los contritas que deberían ser objetivos pero no pueden....
— Alejandro Balbi (@AleBalbi21) junio 7, 2015
Sería bueno que en vez de preocuparse por un comentario intentaran que a la AUF le fuera mejor y que a la selección no la perjudiquen.
Fueron los propios dirigentes que se encargaron de hacer trizas la buena imagen que se había construido en los últimos años. Tal vez porque los buitres se alimentan mejor cuanto más carroña haya.
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