"Todo el programa está sujeto a revisión (...) es costoso y Uruguay está en fase de revisión presupuestal", dijo Miranda a la salida de una reunión con la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes para conversar sobre el tema.
Uruguay recibió cinco familias en octubre de 2014 de un total de 12 previstas. Las siete restantes (unas 45 personas) debían llegar a comienzos de 2015, sin embargo, antes de que el presidente Vázquez asumiera en marzo se anunció un cambio en el cronograma, posponiendo la recepción para el último trimestre del año.
Miranda acotó que si bien las siete familias están identificadas, no es posible garantizar en estos momentos que todas sean recibidas en Uruguay. De hecho, todavía es incierto que alguno de estos núcleos sea en efecto trasladado al país.
En caso de que Uruguay decida suspender su colaboración en este proceso, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) deberá buscar otro país receptor.
"No es bueno para Uruguay a nivel de comunidad internacional" discontinuar los compromisos, dijo por su parte el diputado blanco Pablo Abdala, tras el encuentro. "Son dos millones de dólares por dos años para todas las familias, uno puede entender que el país tiene otras prioridades, pero no estamos hablando de algo que el estado uruguayo no esté en capacidad de financiar", agregó.
Miranda precisó que un técnico del gobierno viajará en breve al Líbano para conversar con las familias seleccionadas para "conocer mejor sus perfiles". Miranda reconoció que con la llegada del primer contingente esperaban personas más direccionadas al trabajo de producción rural, debido a las características de Uruguay.
El vocero insistió en que, a pesar de este percance presupuestal, espera que Uruguay pueda fortalecer su política en materia de refugiados.
(AFP)