Hasta ahora se sabía que las cianobacterias estaban en las lagunas pero la información oficial señalaba que eran filtradas por las usinas potabilizadoras de OSE y no llegaban al consumo.
Sin embargo, algunos de estos organismos fueron detectados en el agua potabilizada. Para Luis Aubriot, investigador de la Sección Limnología de la Facultad de Ciencias, son informes novedosos porque muestran información muy clara sobre los efectos del tratamiento del agua cuando hay floraciones de cianobacterias.
“Los sistemas de tratamiento de aguas aparentemente tienen unos límites en los cuales pueden retener ciertas partículas, organismos o sustancias y bajarlas a niveles que sean aceptables. El tema que nos sorprendió -y fue en base a esta consulta de estudiantes de comunicación- fue ver documentos en los cuales se veía la presencia de organismos en el agua potable”, dijo Aubriot.
Las cianobacterias halladas están en cantidades por debajo del límite máximo permitido y seguro para la salud pero, de todas formas, no se había informado.
No toquen nada consultó en OSE donde dijeron que el presidente Milton Machado no hará comentarios al respecto.
La presencia de grandes cantidades de cianobacterias en el agua es el factor que desencadenó los dos episodios de mal sabor, olor y turbiedad en el agua potable que OSE distribuyó en Montevideo en marzo 2013 y en Maldonado en marzo de 2015.
Una nota de estudiantes de la Facultad de Información y Comunicación señaló que esta misma situación se dio en 2013 en el agua potable de Montevideo. El informe de Sala de Redacción dice que consiguieron el dato con fuentes de OSE.
Aubriot, de la Facultad de Ciencias, averiguó sobre el tema ya que OSE no informó de estas situaciones. Dijo que llama la atención que las cianobacterias, algunas tóxicas, pasen al agua potable.
Indicó que en Laguna del Sauce “hubo una floración tóxica que generó dos o tres tipos de toxinas en rangos relativamente bajos pero importantes”. Agregó que la aplicación de carbón activado “de forma intensiva y a niveles record” hizo que se bajaran esos niveles de toxicidad a valores aceptables.
“El agua que se toma está dentro de lo recomendado para la Organización Mundial de la Salud e incluso se toma la normativa brasilera para la saxitoxina. Está dentro de los niveles aceptables pero llama la atención que ‘se cuelen’ organismos en la red de distribución de agua”, apuntó.
Aubriot, que desde hace 20 años estudia las cianobacterias, dijo que los efectos del consumo crónico de bajas cantidades de cianobacterias no está estudiado.