“No sé por qué los dioses quieren que suframos así”

Los equipos de rescate internacionales empezaron a llegar el lunes a la devastada capital de Nepal para ayudar a los aterrorizados supervivientes del fuerte sismo, que mató a más de 3.200 personas en este empobrecido país del Himalaya.

Actualizado: 27 de abril de 2015 —  Por: Redacción 180

“No sé por qué los dioses quieren que suframos así”

Terremoto en Nepal (PRAKASH MATHEMA / AFP)

Los socorristas, acompañados de perros rastreadores, aterrizaron durante todo el día en el único aeropuerto internacional del país, en las afueras de Katmandú, una bulliciosa capital devastada el sábado por este terremoto de magnitud 7,8.

"El balance de muertos alcanzó las 3.218 personas y otras 6.500 resultaron heridas", dijo Rameshwor Dangal, responsable del servicio de gestión de catástrofes del Ministerio de Interior, quien eleva un recuento anterior de 2.430 personas. 

En los países vecinos, entre ellos India y China, se registraron 90 fallecimientos más.

El sismo de magnitud 7,8, el más mortal en los últimos 80 años, contó con numerosas réplicas y provocó varios aludes en el monte Everest, donde 18 personas fallecieron en este inicio de temporada de alpinismo.

Las réplicas, una de ellas de magnitud 6,7, provocaron el domingo nuevos aludes, incluso cuando los helicópteros evacuaban a algunas de las personas heridas la víspera en el campo base del monte Everest, donde se congregaban cientos de alpinistas extranjeros.

'¿Qué podemos hacer?'

En un devastado Katmandú, decenas de miles de habitantes pasaron la noche en la calle, donde levantaron tiendas de campaña improvisadas, que de poco sirvieron para protegerlos de las fuertes lluvias nocturnas, e hicieron frente a nuevos temblores de tierra.

"No tenemos elección, nuestra casa es inestable. La lluvia se filtra, pero ¿qué podemos hacer?", dice Rabi Shrestha, un comerciante de 34 años, mientras acampa en el arcén. "No sé por qué los dioses quieren que suframos así".

La situación se ha visto agravada por los cortes de electricidad y de telefonía móvil en el país. 

El gobierno nepalés aseguró que estaban intensificando los esfuerzos para ayudar a las zonas remotas situadas cerca del epicentro. "Nuestra atención se centra en el rescate", dijo a la AFP el portavoz del ministerio de Interior, Laxmi Prasad Dhakal.

Tras anunciar la última cifra de muertos en Nepal, el responsable del servicio de gestión de catástrofes explicó a la AFP que los equipos de rescate también se centrarían en encontrar supervivientes entre los escombros de los edificios que se derrumbaron.

La histórica torre Dharahara, una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad, no resistió las sacudidas y sus nueve pisos se vinieron abajo el sábado dejando un montón de escombros y según la policía, cerca de 150 personas en el interior. 

"Se recuperaron al menos 30 cadáveres", indicó a la AFP Bishwa Raj Pokharel, un oficial de la policía local, quien precisó que "las labores de rescate continúan".

Comida y mantas

Cientos de trabajadores humanitarios de países como China, India o Estados Unidos acompañaban a los socorristas nepaleses en las operaciones de rescate.

Unos 70 trabajadores humanitarios estadounidenses se dirigen a Nepal a bordo de un avión de transporte militar, que despegó de la base aérea militar de Dover, en Delaware.

La Comisión Europea, por su parte, desbloqueó tres millones de euros (3,25 millones de dólares) de ayuda de emergencia para Nepal, que servirán para enviar medicinas, refugios de emergencia y purificadores de agua, así como para restaurar las telecomunicaciones en las zonas más afectadas.

India fletó 13 aviones militares toneladas de alimentos y mantas, entre otros.

Los hospitales se han visto desbordados por el desastre y los médicos tienen que trabajar toda la noche para hacer frente a un flujo interminable de víctimas con traumas y fracturas múltiples.

Nepal y el resto de la cordillera del Himalaya, donde las placas tectónicas india y euroasiática chocan, son zonas propensas a los terremotos.

En agosto de 1988, un sismo de magnitud 6,8 en el este de Nepal mató a 721 personas y, en 1934, otro de 8,1 dejó un balance de 10.700 muertos en este país y en la vecina India.

 

(AFP)