El sistema electoral israelí está muy fragmentado y los partidos religiosos, menores en caudal electoral, son determinantes a la hora de tejer alianzas para formar gobierno.
Adrián Singer, corresponsal de No toquen nada en Israel, describió que hay dos grandes bloques. El llamado nacionalista, tirado a la derecha y liderado por Netanyahu, al que las encuestas le están dando entre 21 y 22 bancas. El otro es el laborismo, liderado Isaac Herzog, que hizo una alianza estratégica con la excanciller Tzipi Livni, con entre 24 y 26 bancas.
Los partidos menores pueden ir de un lado a otro y, según estos movimientos, será qué bloque termine primando en el gobierno.
Una novedad es que por primera vez los cuatro partidos árabes se juntaron en una sola lista y las encuestas hablan de entre 13 y 15 bancas. Singer contó que si bien ya adelantaron que no integrarán formalmente ningún gobierno sí apoyarían las leyes que proponga un Ejecutivo comandado por el Laborismo.
Así, se abren tres posibilidades en estos días de negociación que vendrán en Israel. Una es que haya coalición de gobierno de derecha con Netanyahu que a pesar de salir perdedor puede tener más chances de formar coalición. La otra es una coalición de izquierda con el Laborismo a la cabeza. Y la otra es que haya un gobierno nacional con el Laborismo y el Likud juntos, dijo Singer.
Las elecciones
Los israelíes votan este martes para elegir un nuevo Parlamento y determinar si el primer ministro, Benjamin Netanyahu, sigue cuatro años más al frente del gobierno o llegó la hora del cambio de la mano del laborista Isaac Herzog.
Unos 5,88 millones de electores están convocados para elegir a los 120 diputados de la cámara, en más de 10.000 centros de votación ubicados en escuelas, hospitales y cárceles de todo el país.
Los primeros sondeos a boca de urna se conocerán tras el cierre de los centros a las 17 de Uruguay. Los israelíes empezarán así a hacerse una idea precisa de la configuración de su 20ª Kneset, pero podrían tardar semanas en conocer el nombre del nuevo jefe de gobierno.
Hacia el mediodía uruguayo, la tasa de participación oficial era de 36,7%, en lugar de los 38,3% de 2013.
En las últimas horas de una campaña en la que apenas se habló del conflicto con los palestinos, Netanyahu dio un golpe de timón derechista, con declaraciones destinadas a buscar votos de la extrema derecha y los colonos.
Así, el primer ministro saliente descartó un Estado palestino si es reelegido.
El laborista Isaac Herzog, de 54 años, y aliada de la exministra de Exteriores Tzipi Livni, basó en cambio su campaña en los temas económicos y sociales, y podría convertirse en el primer jefe de gobierno laborista desde hace 14 años.
Cuatro formaciones árabes israelíes presentan por primera vez una lista común y podrían convertirse en la tercera bancada del parlamento. Los árabes israelíes representan 20% de la población.
Según Netanyahu, el gobierno de derecha está en peligro. Los electores árabes acuden masivamente a las urnas", en autobuses de organizaciones de izquierda, afirmó.
Aires de referéndum
Las legislativas se convirtieron de hecho en un referéndum a favor o en contra de Netanyahu, de 65 años, primer ministro desde 2009, y en el poder casi una década si se tiene en cuenta el primero de sus tres mandatos, de 1996 a 1999.
Fue el propio Netanyahu el que precipitó estas elecciones anticipadas, convocadas dos años antes de lo previsto, cuando a fines de 2014 rompió la coalición gubernamental, creyendo estar en posición de fuerza frente a sus adversarios, en particular Herzog.
Sin embargo, los últimos sondeos atribuían a la Unión Sionista de Herzog y a la centrista Livni entre 25 y 26 diputados, cuatro más que al Likud.
De las 25 listas en competición, unas 11 superarían, según los pronósticos, el mínimo necesario para acceder al reparto de escaños.
Teniendo en cuenta las múltiples alianzas posibles entre todos esos partidos, el resultado de la elección podría dar lugar a un largo período de negociaciones antes de la formación de un gobierno.
En el sistema político y electoral israelí, el presidente no está obligado a convocar al jefe del partido más votado para formar el nuevo gobierno.