Musavi convocó a una jornada de duelo por los siete civiles muertos el lunes en choques entre manifestantes y milicianos islamistas. Pidió a los iraníes que se concentren en las mezquitas o en marchas silenciosas vestidos de negro.
Una primera concentración está prevista este jueves delante de la oficina de Naciones Unidas, y una segunda en la plaza del Imán, no lejos del gran bazar, en el sur de la ciudad, según participantes en una marcha del miércoles en Teherán.
El diario reformador Etemad Meli consagró su primera página al "movimiento silencioso en Teherán", con tres fotos de la manifestación prohibida pero visiblemente masiva que se celebró el miércoles en la capital. Decenas de miles de personas participaron en esa protesta, con brazaletes y cintas verdes ciñendo su frentes -el verde fue el color de la campaña de Musavi- y con pancartas que acusaban a Ahmadinejad de haberles "robado" su voto, indicaron testigos.
El ayatolá Alí Jamenei, guía supremo del país (máxima autoridad la República Islámica) se dijo dispuesto a considerar una revisión parcial del escrutinio, ante las denuncias de los candidatos opositores de que la contundente victoria de Ahmadinejad (con el 63% de los votos) estuvo amañada.
La Asamblea de Expertos de Irán, máximo órgano religioso del régimen islámico, saludó este jueves la participación masiva en el comicio presidencial del 12 de junio, pero se abstuvo de hacer referencia a la reelección de Mahmud Ahmadinejad, cuestionada por los otros candidatos.
Musavi reiteró el miércoles su demanda de anular ese "fraude vergonzoso" y convocar a nuevos comicios.
El poder islámico, confrontado a su crisis política más aguda desde la revolución que lo instauró en 1979, realizó en los últimos días detenciones de líderes reformistas, adoptó drásticas medidas contra la prensa y denunció "injerencias" por parte de los enemigos de Irán, entre los que incluyó a Estados Unidos.
Musavi y el ex presidente reformista Jatami, que ocupó el cargo antes de la llegada al poder de Ahmadinejad, en 2005, exigieron en una declaración conjunta, la liberación de los detenidos y el fin de la violencia contra sus seguidores.
Estados Unidos y la Unión Europea mostraron preocupación por la represión de las concentraciones y por la ola de arrestos y algunos líderes europeos también se hicieron eco de las denuncias de fraude e irregularidades.
El gobierno iraní convocó al embajador de Suiza, que representa los intereses estadounidenses en Irán, para protestar contra "las injerencias" de Washington en sus asuntos internos, informó la televisión iraní. En respuesta, la Casa Blanca señaló el miércoles que el presidente Barack Obama seguirá expresando sus preocupaciones sobre Irán, aunque "sin inmiscuirse" en los asuntos internos de ese país.
Ahmadinejad obtuvo no obstante el respaldo de China y Rusia, que lo recibieron el lunes en la ciudad rusa de Ekaterimburgo en un foro regional, y de Brasil y Venezuela, cuyo gobierno exigió que cesen "los actos de injerencia" contra la República Islámica.
Teherán acusó asimismo a medios de comunicación occidentales no identificados de ser "portavoces" de los "alborotadores".
Los Guardianes de la Revolución (cuerpo de élite) ordenaron a los portales internet borrar cualquier material susceptible de "generar tensiones", so pena de acciones legales.
Según la organización internacional Reporteros Sin Fronteras, decenas de periodistas iraníes fueron arrestados y muchos otros se hallan escondidos.
Fotos, videos e informaciones sobre lo que ocurre en las calles de Irán circulan en las redes de socialización y los sitios para compartir imágenes en internet, como Twitter, Facebook, YouTube y Flickr, pese a los esfuerzos de la autoridades para cortar teléfonos móviles y los accesos a internet. Algunos videos colgados por aficionados muestran brutales escenas de represión policial y en una imagen se ve a un presunto manifestante ser matado a balazos en la manifestación del lunes.
