Sobre las 18.30, el diputado Pérez anunció que acompañará el proyecto de regulación de la marihuana. En su intervención dijo que reconoce "el enorme trabajo de los compañeros (Sebastián) Sabini y (Julio) Bango y el acercamiento que tuvieron con los que estábamos en la cuchilla con la lanza" contrarios al proyecto.
Dijo que en el proceso de negociación buscó "transformar cada crítica en una modificación a algo que había en el proyecto". "De 100 que estamos pidiendo, conseguimos 85", señaló.
Dijo que esto fue posible por que "se generaron las condiciones políticas. Léase: imposibilidad de conseguir los votos fuera del FA".
Con los votos del Frente Amplio, el proyecto contará con la media sanción en Diputados y pasará al Senado para su aprobación definitiva.
Durante la sesión
Con 31 diputados anotados para hablar, la Cámara de Representantes está debatiendo el proyecto de ley que regula el mercado de producción y consumo de la marihuana. Es clave el voto del diputado Darío Pérez, que sería el número 50 que necesita el Frente Amplio para aprobar la ley.
Tras la exposición incial de Sebastián Sabini, miembro informante del oficialismo, dos diputados riverenses advirtieron, con fuerte contenido religioso, los riesgos de legalizar el mercado de la marihuana.
Uno fue el diputado blanco Gerardo Amarilla y el otro el colorado Richard Sander quien mostró un video con jóvenes que participan de una iglesia evangélica en su departamento y están en recuperación de su adicción a las drogas. Todos los jóvenes tenían consumo problemático de pasta base y en sus testimonios destacaron que iniciaron el consumo de drogas con marihuana.
El diputado del Partido Independiente, Daniel Radío, que apoya algunos aspectos del proyecto de ley pero votará en contra les contestó. Dijo que en sus intervenciones los legisladores estaban adviertiendo por cuestiones como “si fueran emergentes de nuevas situaciones que se plantearían a partir de que uno se mete con el mercado. Como si esas cuestiones no estuvieran hoy presentes, con la prohibición. Esos testimonios tristes que hoy nos tocó ver son consecuencias de esta situación no de la que provendría si nos metemos con el mercado”, consideró.
El legislador opinó que “cuando alguien dice 'no podemos experimentar', lo que yo les digo es que lo que no podemos permitirnos es no experimentar para tratar de cambiar esa situación consecuencia de esta realidad que nos toca vivir vinculada a un absoluto cierre, a un absoluto prohibicionismo que está demostrado que es inadecuado para tratar respetuosamente una situación que involucra los derechos de las personas. Además es ineficiente para resolver los problemas que genera esta circunstancia”, consideró.
“No inventamos el mercado. El mercado existe hoy. Salgamos a la calle y fijémonos si no hay mercado de marihuana en el país. Por supuesto que hay mercado y funciona fluidamente, mejor que cualquier sistema de farmacia”, agregó.
Otro legislador que hizo uso de la palabra fue el socialista Julio Bango. “Quienes se oponen a la regulación de la marihuana porque la sustancia daña a la salud incurren en una gruesa inconsistencia y en una enorme contradicción: si hay que mantener prohibidas las drogas que dañan la salud, entonces debieran proponer prohibir el consumo de alcohol y de tabaco”, afirmó.
Además sostuvo que “para el caso de la marihuana nuestro objetivo es generar un modelo de regulación y control con la misma lógica que la existente para el tabaco y la que se propone para el alcohol. De este modo, queremos dar el mismo tratamiento regulando las cuatro sustancias que se consumen masivamente por su orden: alcohol, tabaco, psicofármacos y marihuana”.
El proyecto
La iniciativa diferencia entre cannabis para investigación científica, uso medicinal, uso de cannabis no psicoactivo en distintos procesos industriales y el uso recreativo.
Para el recreativo se prevén tres formas de acceder a la droga: el autocultivo personal (con un límite de seis plantas), el cultivo en clubes de membresía (con 15 a 45 socios y un número de plantas proporcional, con un máximo de 99) y el acceso a través del expendio de farmacias, con un tope de 40 gramos mensuales por usuario.
La compra de marihuana para uso recreativo estará limitada a los mayores de edad residentes del país que se acrediten en un registro único de usuarios, con el fin de controlar el consumo mensual, que no podrá superar los cuarenta gramos.
La norma prohíbe publicitar la droga, que sería vendida sin marcas ni distintivos, y prevé incluir educación en prevención sobre el uso problemático de las drogas en todos los niveles de la educación.