La última nota de Mario Rovira se tituló: “10 tips para alimentar a tu cachorro”. Ya en el primer párrafo Rovira hace gala de su controvertido estilo: “Desde un rincón del tiempo Borges nos dice `Sólo una cosa no hay. Es el olvido.´ Y bien podría estar refiriéndose al alimento balanceado, porque olvidarnos de la hora del almuerzo de nuestro cachorro es un error que no nos podemos permitir. Por eso a continuación les damos los 10 mejores consejos para que nuestros perritos queden pipones!”
Nunca imaginó que pocas horas después de que la nota fuera publicada en la revista canina “Huesos & Huellitas” sería atacado por un grupo de violentos que, tras arrancarle los ojos con una cuchara, le dejaron una carta en Braille: “Mirá qué linda cita de Borges te hicimos en la cara”.
El desconcierto reina en el Ministerio del Interior. La única pista para dar con los criminales es la carta, pero el informe de la grafóloga fue lapidario: la carta está en Braille y no la puede analizar. Sin embargo, en un acto de buena fe, la grafóloga (que cobró sus honorarios por adelantado) analizó una camiseta de Uruguay del 50 que hay en jefatura y que supuestamente firmó Obdulio Varela. El análisis fue positivo. “Nos da una profunda alegría, los muchachos siempre confiamos en que era original y ahora que lo confirmamos la vamos a encuadrar. Yo creo que el espíritu del Negro Jefe nos va a ayudar a dar vuelta el caso” afirmó el Comisario.
Luz Maissonave, compañera de Rovira en “Huesos & Huellitas”, se mostró horrorizada, pero no sorprendida: “Yo creo que Mario a esta altura estaba tentando a la suerte. Poner una cita de Borges siempre te saca de un apuro y le da altura a cualquier nota, pero Mario entró en una rosca en la que no podía parar, andaba por ahí pavoneando su capacidad para poner una cita de Borges en cualquier contexto: en un mail me dijo que venía citándolo en 248 notas, diez prólogos, un libro sobre el arroz con leche y un folleto turístico de Piriápolis. Y no creo que exagerara, todavía tengo acá la invitación para el cumpleaños de su hijo:
Si bien Maissonave no hizo ninguna referencia, es más que clara la huella de Rovira en una campaña radial de gran impacto en Nueva Palmira, donde una voz temblorosa recitaba:
“Yo que sentí el horror de los espejos
No sólo ante el cristal impenetrable
Donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos”
Y luego, con los Wawancó de fondo, un locutor remataba:
“¡Seguro que Jorgito nunca vino a El Poniente! Lleno de espejos, juguetes, tv cable y habitaciones ambientadas. ¡Vení a El Poniente, donde empieza y acaba tu pasión… y lo único impenetrable es el cristal!”
Mientras tanto, desde la Asociación de la Prensa del Uruguay se hizo un llamado a la prudencia: “No sabemos nada de los atacantes, si fue un acto aislado o es el comienzo de una campaña de terror. Sólo podemos hacer un llamado público para que, al menos por un tiempo prudencial, los periodistas (y en particular aquellos que tienen columnas de opinión) dejen de usar citas de Borges. Sabemos que es difícil, que implica un trabajo intelectual al que no están acostumbrados, pero es por su propio bien.”
Pero, ¿y si todo esto no es más que un extraño proyecto urdido por el propio Mario Rovira? Supongamos que Rovira haya planeado minuciosamente su propio castigo: esto convierte a los criminales en simples peones movidos por su mano, la misma que fue plantando citas borgeanas en notas de mierda para que algún día un lector las tome como pistas para descubrir la farsa y, acaso, la misma que escribe este final indigno, barato y pretencioso al que se ha abandonado la crónica.