La relación entre las hijas del fallecido Comandante Hugo Chávez y su representante en la Tierra, Nicolás Maduro, no son las mejores desde hace un tiempo. La inexplicable presencia de éste en la casa de Chávez estaría generando un ambiente tenso entre sus hijas. Incluso se le habría escuchado decir a una de ellas: “me cago en este chofer de bus trastornado que nos dejó papá de regalo, no hay revolución ni cuenta millonaria en Suiza que valga”.
Una de las rutinas que más molestan a las hijas de Chávez: Maduro insiste en tirarse todas las mañanas en la cama a leer el Granma del día de la fecha y las llama para que vayan a leerlo con él y fotografiarse. Al principio lo respetaban porque Maduro las hacía llamar por Fidel Castro desde Cuba y les pedía especialmente que realizaran la lectura matutina del Granma con Maduro, que era importantísimo para la revolución bolivariana, pero luego Fidel empeoró de salud y empezó a llamar Raúl, y ya sabemos todos que Raúl no consigue ni la mitad de lo que consigue Fidel, en general.
Problemas cotidianos y de convivencia.
La hija mayor de Chávez, cuyo esposo fuera el vicepresidente electo, pero no por ser el esposo de ella sino por ser un puntal de la revolución, admitió algunos problemas de convivencia desde que Maduro decidió ocupar todos los espacios de Chávez para –según argumenta el propio Maduro- incorporar el espíritu del Santo Revolucionario que descansa en la Paz del Señor junto a todos esos personajes que aparecieron en el dibujito animado, incluyendo su abuela y John Lennon.
En ese afán por caminar sobre las huellas de su padre afectivo muerto, Maduro estaría exagerando un poco la cuenta y tanto la hija como su esposo se han encontrado con imágenes un poco violentas, cuando no desagradables. Cuentan que, entre otras gracias, Maduro va de cuerpo religiosamente (sí, reza en voz alta mientras defeca) todos los días en el mismo water que lo hacía su mentor y líder, ubicado en la casa donde ahora vive su hija mayor junto a su esposo vicepresidente; al tiempo que deja la puerta abierta para que, en caso que así lo desee, penetre el espíritu de Chávez en forma de pájaro, odorante líquido que se engancha en la orilla del water, o moscardón, da lo mismo.
La pelea con Rosinés.
Rosinés, la hija menor producto del segundo matrimonio del héroe bolivariano (que tiene derecho a errarle y casarse mal también, en esa época era humano además), se habría hartado de Maduro hace un tiempo, debido a que el hijo espiritual y portador oficial del espíritu de Chávez que a su vez estaba imbuído del espíritu de Simón Bolívar y también, por qué no, algo del espíritu de Fidel que fue inoculándole durante los últimos años a medida que se iba quedando pelado de barba, y si hablamos del espíritu de Fidel hay que decir que ya venía con el de Stalin y el del Che Guevara en su interior (con lo que Maduro vendría a ser la matrioshka más grande en la que residen todos esos otros espíritus unos adentro de los otros, que siempre es la más fea pero contiene a las otras) se le mete en el facebook y le revisa los amigos, además de haberse negado a expropiarle para ella una tienda de GAP que le pidió en los últimos días de la campaña electoral como muestra de cariño y como pago por las veces que la hizo aparecer en los actos.
El detonante de la ruptura en la relación con Rosinés fue la celebridad que Maduro le consiguió para celebrar una fiesta con sus amigas por el triunfo electoral chavista: Chuck Berry. Según cuentan encargados del catering de la revolución bolivariana Rosinés había pedido a Justin Bieber y Maduro consiguió a este otrora Dios del rock and roll, y actual pobre diablo senil que está siendo explotado por su propia familia, quienes lo pasean por el mundo en una gira como si fuera un Lassie descaderado que alguna vez generó un impacto en el mundo. Además de arruinarle la fiesta a Rosinés y dejarla en evidencia con las amigas que ya no creen en el poder del chavismo a pesar de lo que les dicen sus padres mientras amasan los petro-billetes de la revolución, Chuck Berry le habría orinado la alfombra persa durante la fiesta, antes de erutarle en la cara una empanada de cazón a Rosinés y dormirse en el sillón dejando un río de baba –o bilis, quién sabe- que pudrió un poco el espíritu de la velada, en sentido figurado y literal. Por si fuera poco, la hija de Chuck Berry (quien toca la armónica y controla el dinero de las entradas en la gira del astro devenido en votante de Talamás) se habría robado algunas joyas y el regadero de la ducha del cuarto de invitados.
La pelea con María Gabriela.
Este es el diálogo al que pudo acceder 180darwin gracias a fuentes del escuadrón principal revolucionario del servicio de limpieza doméstica del centro estratégico de la revolución bolivariana (en los círculos de la derecha rancia venezolana se las conoce como “el ballet de siervas domésticas que trabajan en la casa de Chávez”).
- Tu estás un poquitico rechonchita, ¿no estarás consumiendo las arepas fritas rellenas de esteroides para cabaios que le dábamos a papi para mantenerlo en pie?
- Oie Nicolás, no te pases de la raia, no juegue conmigo Nicolás, no sabes a lo que te expones.
- Oie María Gabriela, ¿a que tú no sabes? Aier mismo se me ha aparecido el espíritu de papi, otra vez.
- No le digas papi.
- No me hables así, María Gabriela, soy tu hermano maior. Papi me dejó a cargo de Venezuela, y que io sepa tú estás dentro de Venezuela. Venezuela es un conjunto que en su interior tiene otro subconjunto iamado María Gabriela, a menos que estés tan rechoncha que tú, como subconjunto, ia no entres en el conjunto Venezuela.
- Coño e tu madre, bigotón.
- Te decía… aier se me apareció el espíritu de papi, nuestro padre en común Hugo Chávez Frías, en un lobo marino, y me dijo, bien clarico: dile a María Gabriela que no se coma las arepas fritas especiales, las que vienen reienas de aqueio, esas son para ti, Nicolás…
- Eres un psicópata adicto a los esteroides.
- Y también papi encarnado en el lobo marino me dio estos video-tapes de Catherine Fullop haciendo spining, ia es tiempo de que vaias al gym a bajar esa busardica María Gabriela, y no tomes más arepas fritas especiales del congelador, papi no las dejó para ti.