En marzo de 2012 Ariel Acevedo, enfermero de la Asociación Española, fue procesado por diez homicidios y Marcelo Pereira, enfermero de la Española y el Maciel, por cinco. Además, una enfermera de la Española fue procesada por cómplice.
El 6 de marzo 180 publicó que el informe de la Junta Médica que analizó ocho de los posibles asesinatos de los dos enfermeros señala de forma clara y contundente que “no hay evidencia médica de asesinato en aquellos casos donde los enfermeros dijeron haber actuado”. Los tres médicos señalan en todos los casos analizados que la muerte era esperable y en algunos casos inevitable en el corto plazo. Incluso en la muerte de Gladys Santa Lemos, la paciente que fue la clave en el caso.
Ahora, el fiscal pidió que la Junta Médica amplíe su trabajo a los demás casos y agregó que también los consultará para ver si las exhumaciones pueden aportar nuevos datos. "Por lo menos saber qué pasó con los otros casos, con otras historias clínicas de pacientes que fallecieron en 2011. Pretendo citarlos a las audiencias y que nos digan si se puede o no ampliar, si creen que va a aportar o creen conveniente estudiar las historias", señaló.
No toquen nada supo por fuentes del Instituto Técnico Forense que las exhumaciones en casos como este, con la cantidad de tiempo que ha pasado, solamente servirían para provocarle más sufrimiento a las familias. Pero poco más pueden aportar.
El fiscal no pidió otra prueba médica y esa es una decisión importante porque quiere decir que será tomado en cuenta el informe de la Junta Médica donde se concluye que no hay evidencia de asesinato en la muerte de esos ocho pacientes. Rodríguez había dicho en No toquen nada que para contradecir una prueba médica debía solicitar otra opinión del mismo nivel profesional.
Los enfermeros nunca confesaron haber tenido intención de matar a algún paciente. Ambos fueron procesados por homicidio, pero los casos son diferentes.
Marcelo Pereira reconoció que aplicaba morfina a los pacientes para aliviar el sufrimiento, pero no con la intención de matarlos. Incluso dijo a la Policía que si entraban en paro él trataba de reanimarlos.
Ariel Acevedo, en cambio, dijo que les aplicaba aire.
El fiscal Gilberto Rodríguez pidió al laboratorio toxicológico del Instituto Técnico Forense que estudie los efectos que puede tener la aplicación de estos elementos en un enfermo. "Apunto a analizar si suministrar una sustancia que está prohibida puede constituir una figura delictiva. Si suministrar aire a pacientes que están en una situación de indefensión, que están dormidos y hay un actuar alevoso, ¿eso constituye en sí mismo un acto? Porque se puede descartar la causalidad de un homicidio, pero hay que ver si ese acto no configura otro delito", explicó.
Al momento de procesarlos, el juez Vomero expuso en el fallo que los indagados negaron su intención homicida. Pero juzgó que la intención es "un fenómeno interno que es necesario desentrañar". "La prueba incorporada al proceso permite sin esfuerzo deducir la intención de matar. Se trata de enfermeros con vastísima experiencia en su profesión que aplicaron sustancias que rápidamente llevaban a la muerte".
Que los enfermeros reconocieran haber aplicado medicación o aire para evitar el sufrimiento de los pacientes fue la principal prueba de los crímenes.
Por eso la respuesta del laboratorio toxicológico será fundamental para determinar si con la morfina o con los 20 cm de aire que Acevedo confesó aplicarles era posible provocar su muerte.
El fiscal del caso explicó que esto es importante porque un delito como el homicidio necesita tener una causa. "Se suele poner en facultad un ejemplo donde una persona agrede a otra, la suben en una ambulancia que después choca y la persona muere. ¿Por qué hecho tiene que responder esa persona? Porque yo lo lesioné, pero no murió por mi lesión, sino que lo hizo por el accidente que tuvo la ambulancia. Acá, si murió por enfermedades preexistentes y el acto de los enfermeros no fue determinante para producir esa muerte, lo que tenés es la presencia de un delito imposible porque la acción desarrollada no es idónea para causar ese resultado", sostuvo.
Sobre el futuro de la causa, Rodríguez dijo que ya no puede pedir más pruebas y que solo la juez puede hacerlo de forma excepcional. "Según como sea el juicio, pero hay que ver si hay acusación o sobreseimiento, que es un no pido nada y cierre de causa. Pero si hay acusación, hay que ver por qué delito", afirmó.
La defensa de Marcelo Pereira no pidió ninguna prueba. Mientras que las defensas Acevedo y Acosta, la enfermera procesada, pidieron que se les tome de nuevo declaración.
Los enfermeros fueron juzgados y procesados por homicidio. Pero ahora se abren varios caminos por donde puede ir la causa.
Si se determina que los procedimientos efectivamente podían provocar la muerte, podríamos seguir dentro de esa carátula de homicidio. En cambio, si no es así, el fiscal podría pedir que se los juzgue por un delito imposible.
También podría pasar que se los juzgue por otros delitos en los que entre el robo de medicamentos o el realizar procedimiento por fuera de la indicación médica, pero que ya no sería por homicidio.
El último camino posible sería el sobreseimiento y la inmediata libertad de los enfermeros.
El fiscal ya le envió el expediente a la jueza Dolores Sánchez, que cuando lo reciba tendrá entre 48 y 72 horas para decidir si acepta o no la prueba que se pidió.