"Yo solo quería que no tuvieran dolor para ayudarlos, para que cuando despertaran estuvieran mejor, el fin no era matarlos, era sedarlos para que luego tuvieran una mejor recuperación”, sostuvo el enfermero en la Policía.
Pereira reconoció que administró sedantes como Dormicum o Morfina por fuera de la indicación médica y contó que las reacciones de los pacientes eran dormirse o un paro cardiorespiratorio.
"Si eso ocurría (dice Pereira sobre paro cardiorespiratorio), yo trataba de reanimarlos". Pereira dijo además que habría repetido este mismo procedimiento con tres o cuatro pacientes más, pero no lo recordaba.
En esa declaración ante la Policía, el enfermero sostiene que a Santa Gladys Lemos le aplicó una sola ampolla de morfina y aseguró que intentó reanimarla.
La otra declaración que realizó Pereira fue ante el juez Rolando Vomero y es similar. Esta declaración fue uno de los argumentos claves para su procesamiento.
A un año del caso, la Justicia no tiene evidencia médica concluyente de que los dos enfermeros procesados por 15 homicidios en marzo 2012 asesinaron a sus víctimas. Las fuentes judiciales confirmaron a No toquen nada que el informe de la Junta Médica señala en todos los casos analizados que la muerte era esperable y en algunos casos inevitable en el corto plazo.
El abogado de Pereira, Humberto Teske, tomó el caso en abril del año pasado, luego de que Pereira fue procesado con un abogado de oficio.
Según Teske, la defensa del enfermeros no va a actuar y esperará a ver qué movimiento hace la fiscalía con la pruebas que tiene hasta ahora.
Cuando se pidió el procesamiento, la Fiscalía consideraba que las pruebas médicas no iban a aportar datos sustanciales. El fiscal en ese momento era Diego Pérez, quien fue cambiado en noviembre de 2012. Ahora está Gilberto Rodríguez, ex fiscal de menores.