Ustedes grabaron en Sondor el primer cd, Malditos banquetes, y no fue bien de ventas. Por eso no pudieron concretar ahí la grabación del segundo y buscaron este mecanismo de hacerlo en la casa de uno de los integrantes de la banda.
Conseguimos un poco de dinero, un amigo me prestó, y con eso empezamos a buscar cómo podíamos grabarlo. No nos daba para grabarlo en ningún estudio pero sí para hacerlo en una casa y usar ese dinero para pagarle al ingeniero y sus equipos. Preferimos usar ese dinero en pasar un mes y pico en esa casa que pagarlo para pasar cuatro días en un estudio enloqueciéndonos. Y yo creo que le hizo muy bien al disco, que le da calma y lo hace más acertado.
¿En qué te das cuenta de esas cosas? ¿Cómo lo explicarías para alguien que nunca participó de la grabación de un disco?
Pasa una cosa que es notoria aunque no se sepa qué es… Se logran mejores tomas. Vos tenés más tiempo y entonces vas a lograr mejores tomas. Eso hace que las tomas sean más naturales y se tenga que editar menos. Queda más fluido el trabajo. Además te permite un grado de concentración y suena más ajustado. Realmente más ajustado… no ajustado en la postproducción.
Eso me parece muy importante. Creo que desde que se pueden grabar discos en casas teniendo la tecnología para hacerlo, lo más importante son las tomas. Siempre lo fueron pero ahora empieza a ser más claro. Ahora el buen sonido lo podés lograr casi en cualquier lado pero las buenas tomas son lo más importante. Lograr que la toma transmita lo que querés que la canción transmita.
Entonces, eso es lo que te permite hacerlo en una casa. Lograr grandes tomas. Los grandes músicos eran capaces de hacer tomas increíbles en un minuto y medio. Ray Charles grababa discos en cuatro horas. Los Beatles grababan en 12 horas. Pero era otro mundo. Yo no puedo hacer la mejor toma de mi vida cuando me dicen “ya”. Tengo que tomarme mi tiempo.
En nuestro caso fue muy natural cómo se eligió y de hecho se trabajó sobre una toma de cada cosa. En algún caso si encontrabas algo que no te gustaba en una toma ibas a otro lado a buscarlo pero fue muy fluido. Hay una corriente de cortar y pegar y editar todo que nosotros no usamos, buscamos un sonido más natural.
En un documental que hizo Control Z sobre la grabación de tu disco anterior, el productor musical Andy Adler decía que tus demos suenan mejor que sus discos…
Esa es una mentira de Andy…
Pero eso habla de una preocupación tuya por el registro que se logra.
No tiene tanto que ver con la HD del sonido sino con la sensación del sonido. No se trata de grabar con el mejor micrófono del mundo. Lo importante es que la canción esté buena y que el sonido la represente. En eso es en lo que trabajamos. Nosotros no somos fanáticos de la perfección en las grabaciones, somos fanáticos de la verdad, de que las canciones suenen a honesto. El arte tiene que ser auténtico, no verdadero en el sentido formal, no es verdad, puede ser una fantasía pero tiene que ser auténtica. El sonido en la música incide mucho en eso, en que sea creíble.
El fondo de escritorio de una de las computadoras con las que grabamos el disco, la de Esteban Demelas, era de una foto del estudio de Abbey Road en la que de un lado está como lo usaban Los Beatles y del otro como estaba hace cuatro años. Comparado con lo que hay ahora, el que usaban Los Beatles era muy precario aunque en ese momento era lo mejor que había. Demelas siempre dice que “acá se vendían discos (por el lado de Los Beatles) y acá no. Acá se grabaron canciones que cambiaron la historia y acá no”.
En el fondo solo se trata de las canciones y de la autenticidad, después ves las condiciones. Nosotros teníamos un presupuesto acotado y Demelas nos dijo: “el disco lo vamos hacer con este dinero, después vamos a ver cómo”. Al final creo que fue mucho mejor que ir a un estudio. Está bueno ir a un estudio, te concentrás… Pero lo otro te permite estar adentro del disco.
Vos decías en una entrevista con La Diaria que toda lucha por el éxito es en sí misma un fracaso. Que el éxito tiene que venir solo. ¿Cuál es el éxito para vos?
El éxito está en los objetivos artísticos. Si vos lográs hacer lo que querías, un disco que te guste, eso es el éxito. Es mi único éxito posible. Lo otro son situaciones económicas, cosas que tienen que ver con la fama que no son términos en los que piense siquiera. Yo pienso en hacer discos que me gusten y en poder comprar cuerdas para la guitarra y ojalá poder dedicar todo mi tiempo a eso. Ganar mil premios no te hace exitoso si no te gusta tu disco. Al mismo tiempo, si sentís fe en lo que estás haciendo, si sentís lo que querías sentir, no hay nada que importe. Después puede no ir nadie, puede no venderse un disco, puede venderse un millón, es lo mismo. Ya hiciste lo importante.
¿El nombre de la banda se refleja en el proceso de trabajo? Ustedes son Eté y Los Problems, o sea Ernesto Tabárez y Los Problems. ¿Trabajás primero vos en las canciones y después las llevás a la banda?
Yo hago las canciones. El proceso funciona con dos métodos posibles. Uno es que yo hago todo y lo llevo a la banda. El otro es que yo compongo la canción rudimentariamente, tanto el texto como la melodía, y después con Santiago Peralta, que es el guitarrista de Los Problems, nos juntamos porque trabajamos juntos haciendo música para documentales, y maqueteamos. Luego lo escuchamos con la banda y ahí empezamos a tocar.
Yo las empiezo y las llevo terminadas básicamente. No las llevo como un pedazo o como una idea… Nuestro trabajo no funciona así desde el principio y así está bien. Tal vez si cambiara, también estaría bien.
Vos además te dedicás a hacer música para documentales o comerciales. ¿Ahí tenés una relación más laboral?
Sí, pero lo que tiene de bueno es que siempre es con música. Entonces más allá de que sea laboral en un momento estás haciendo música. A mí me encanta no tener que hacer otra cosa que música. Los términos en los que pienso son los de hacer música, aunque sea por trabajo. Yo soy muy feliz de dedicarme solo a cosas que tengan que ver con la música. Hice otras cosas en mi vida y la pasé como el culo. Odié trabajar de otras cosas, solo me interesa hacer esto. Tal vez podría cocinar y ser feliz pero por ahora prefiero hacer esto y cocinar para mis amigos.
Pero te gusta cocinar…
Sí, pila. Me contaron que capaz que puedo cocinar con Puglia en una nota y eso me tiene re contento. Me parece genial. (Risas)
La entrevista se puede escuchar en 180 Radio hasta el 18 de agosto.