También cuando hablan los amigos, las anécdotas “graciosas” que ponen en el video. Tipo: “Nacho, mirá que nos dijo que en la primera salida vos no le habías gustado tanto, jajaja” y todos se ríen.
Me encanta también el momento del videíto con fotos de cuando los novios eran chiquitos, y de las primeras salidas, y de las vacaciones que tuvieron juntos.
Por eso me preocupa no haberme casado ya. Porque, ponele que tenga suerte y engancho a alguno. A esta altura de la vida, ¿qué gracia tendría? ¿Cómo lograría la emoción de mis invitados?
El cura diría, por ejemplo: “Hermanos, estamos hoy ante un ejemplo de las cosas buenas que pueden tener las redes sociales”. O para hacer el video, mis amigos llamarían a mi psicólogo, ponele, que diría: “Yo confiaba, por el trabajo que ella venía haciendo, creía que este momento iba a llegar”... Y agrega algo sobre los egos y que me ve “parada en un lugar distinto”.
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¿Y en el Power Point? ¿Qué ponemos? Vacaciones juntos no tenemos, a reuniones con amigos no hemos ido, pasado no tenemos. Podemos poner fotos de otras parejas, algunas en que aparezcan de espaldas, a lo lejos, de noche…
Igual no tengo que definir todo ya, porque todavía estoy esperando que suceda mi milagro (ese que les ha sucedido a tantos): el mensaje de Facebook donde te invitan a una reunión de ex alumnos. Porque parece que ahora la suerte está allí, entre los de la escuela o el liceo. Ahh.. ¡ y mirá si justo tengo fotos con él de la época de la escuela! Ahí ya está: emoción garantizada.
Ilustración: Oscar Scotellaro