Adelanto de El camino es la recompensa

Este miércoles 13, Horacio Tato López presentará su nuevo libro: El camino es la recompensa. La célebre frase del maestro Oscar Washington Tabárez titula un trabajo que reúne conversaciones entre el ex basquetbolista y el técnico uruguayo.

Actualizado: 09 de junio de 2012 —  Por: Redacción 180

Adelanto de El camino es la recompensa

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—Washington, contame más de la familia.

—El apellido de mi abuela María era Rossi, mi padre era Tabárez Rossi. Por esa vía también había muchos parientes que quizás ni siquiera conocí. De los hijos de mi abuelo Gregorio, Helvecio con su familia se mudó para Malvín, entonces íbamos mucho para allá. Su casa estaba en la esquina de Rímac y Piedras de Afilar. Cerca está la cancha del Relámpago, un club de Malvín que ahora es club de baby fútbol, que tiene la cancha del otro lado del liceo público. También frecuentábamos la filial de la Asociación Cristiana de Jóvenes que quedaba en ese barrio. Con Miguel Ángel a veces nos quedábamos a dormir en lo de Helvecio. Tendríamos unos diez años.

—Del Cerrito de la Victoria a Malvín en esa época era una expedición.

—Nos gustaba mucho ir. Por ejemplo, íbamos al Club Malvín a ver básquetbol, y mirá cómo sería que hasta el día de hoy me fijo para ver cómo salió Malvín. Por radio también escuchaba mucho básquetbol. El ídolo era Moglia. Hubo una final en que yo hinchaba por Welcome, el cuadro de mi ídolo, que la escuché por radio. Era contra Goes, y por el relato parecía que jugaba Moglia contra todos. Ganaron ellos 60-56. Yo veía básquetbol por radio.

—Eran días de radio.

—Sí, está muy vinculada a mi niñez. Es que se escuchaba mucho en mi casa: programa de fútbol, teleteatros, algunas comedias radiales, como Los Paredes, que eran una familia típica. Me acuerdo de que Juan Casanovas era un actor, Violeta Ortiz, una actriz. ¿Ves?, eso lo mantengo. ¡Yo soy de la radio! Hoy, cuando me baño y afeito, siempre está conmigo. Me divierte escuchar a Darwin Desbocatti en el programa que tienen con Joel Rosenberg, alterno con El Espectador. Soy de cultura radial. ¡Ta!, y después era un buen alumno.

—Cambiaste el dial.

—Vos disculpá que salte de una cosa a la otra.

—Lo hace más entretenido. Decías que eras un buen alumno.