“El Club Atlético Banfield informa que el entrenador uruguayo dejó su cargo para asumir la dirección técnica de Peñarol de Montevideo, luego de expresar que se trata de uno de los sueños de su vida dirigir allí.
Si bien el técnico sostuvo que estaba muy cómodo en Banfield y que tenía expectativas de poder lograr resultados positivos, reconoció que le surgió la posibilidad que estaba esperando desde hace mucho tiempo”. Así comienza el comunicado de prensa con el que el equipo argentino blanquea oficialmente que Da Silva será el técnico de Peñarol.
El final estaba escrito desde hace seis días. El miércoles pasado, tras la goleada sufrida ante Atlético Nacional, el presidente de Peñarol, Juan Pedro Damiani, viajó a Buenos Aires por temas laborales con la decisión tomada de cambiar a Gregorio. En Argentina contactó al Polilla y le ofreció el cargo. Da Silva, que estaba a disgusto en Banfield, lo escuchó pero le dijo que no hablaba mientras hubiera un entrenador al frente del equipo.
A pesar de su negativa a seguir con la negociación Da Silva supo en ese momento que su futuro estaba en Peñarol luego de algunas posibilidades en el pasado que no se concretaron.
Incluso el jueves su ayudante de campo Sergio Cabrera, en una nota que se pareció mucho a una movida de prensa, habló en una radio para contar que estaban muy mal en Banfield y que incluso habían renunciado por unas horas tras la derrota en la segunda fecha.
Entonces, más allá del triunfo de Banfield sobre Racing la decisión estaba tomada. Tal vez por eso habló de Peñarol apenas terminó el partido en Avellaneda. Sin tomar en cuenta que oficialmente todavía estaba Gregorio Pérez como técnico, Da Silva dijo que "sería un orgullo y una gran satisfacción poder dirigir a Peñarol”.
Y a pesar de que luego quiso desmentir los contactos previos al decir que “los medios uruguayos se excedieron en dar esa versión (que iba a ser el técnico carbonero) porque conmigo no habló ningún dirigente de Peñarol y tengo contrato con Banfield", los hechos inmediatos hablan por sí solo. Menos de 24 horas después de que oficialmente la directiva de Peñarol cesara a Gregorio Pérez, Da Silva se desvinculó de Banfield para poder cumplir con “uno de los sueños de su vida”.
El cuerpo técnico, que asumirá funciones el jueves y debutará el sábado, lo completan Cabrera, Daniel Oddine y el preparador físico Pablo Placeres.